Escribe Fernando Ravsberg, corresponsal de la
BBC en Cuba. Lunes, 04 de febrero de 2002.
Finalmente, el Presidente de México, Vicente Fox, se reunió
por 15 minutos en su embajada en La Habana con representantes de la disidencia
cubana, entre ellos el democristiano Osvaldo Payas.
El mandatario mexicano llegó acompañado de su canciller, Jorge
Castañeda, quien permaneció más tiempo reunido con los
opositores cubanos dentro de la sede diplomática.
Fox no hizo declaraciones al salir de la reunión y Castañeda
salió por la puerta de atrás, después de que el personal de
seguridad encerró a los periodistas en los jardines de la embajada.
Los disidentes dijeron sentirse satisfechos y afirmaron que esto es un
reconocimiento de parte del gobierno mexicano, ya que se trata del primer
presidente que acepta encontrarse con la oposición cubana.
Cambio de planes
Cuando ya se especulaba con que no habría entrevista de Fox con la
disidencia, los dirigentes de los principales grupos de oposición fueron
trasladados a la embajada el lunes por la mañana.
A las 8:34 hora local, llegó la delegación presidencial que
entró rápidamente evitando a los periodistas reunidos frente a las
rejas de la sede diplomática mexicana desde primeras horas del día.
Con la misma presteza, el presidente mexicano salió de la embajada
rodeado de su cuerpo de seguridad y con las cortinas de su vehículo
corridas para evitar ser fotografiado por los periodistas.
La maniobra del canciller Jorge Castañeda fue aun más
compleja: reunió a todos los periodistas en los jardines de la embajada,
cerró las rejas y salió subrepticiamente por la puerta de atrás.
Uno de los periodistas mexicanos llegados para cubrir la visita dijo en son
de broma que "de Castañeda nada de esto resulta extraño, podría
incluso salir vestido de criada para evitar ser reconocido".
Lo que resulta realmente curioso es que, después de realizar un gesto
político como esta entrevista, los dos dirigentes mexicanos no hayan
querido explicar los motivos y el contenido del encuentro.
Disidencia satisfecha
Los disidentes cubanos se mostraron muy complacidos por la entrevista con
Fox, aunque reconocieron que fue informativa y afirmaron que no había
acuerdos de futuro con el gobierno de México.
"Prefiero decir que fue un reconocimiento humano más que político"
señaló a la BBC Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión
de Derechos Humanos y de tendencia socialdemócrata.
Osvaldo Payas por su parte dijo que, con esta entrevista, el mandatario
mexicano y, sobre todo, su canciller se llevan ahora una visión mucho más
global de la realidad social de la isla.
El presidente Fox parece haber jugado sus cartas soltando una de cal y otra
de arena.
Mientras el canciller Castañeda anunciaba el domingo que México
no patrocinaría ninguna condena a Cuba en la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU, se preparaba para la reunión con los disidentes.
Habrá que esperar la reacción del gobierno de Fidel Castro,
que quizás tome esta entrevista casi como una declaración de
guerra.
Aunque dichas en otro sentido las palabras de Fox parecen ahora proféticas
: "Las relaciones bilaterales se están calentando".
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