Democratizar
la revolución
Claudia Vázquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - La noticia publicada en la prensa
cubana la mañana del 12 de abril tomó a los cubanos por sorpresa.
La noche anterior, la última emisión del noticiero de televisión
reportó pálidamente los graves acontecimientos de Caracas. El
objetivo de la censura era disimular el descontento que estaba generando el
gobierno de Hugo Chávez.
Durante los últimos meses ha sido ésta la política de
los medios de comunicación cubanos. El pasado 10 de diciembre de 2000,
cuando un paro nacional puso en jaque a la economía venezolana, la prensa
cubana no mencionó el asunto.
No obstante, en las mesas redondas, cuando se analizaron los sucesos, se
criticó a los medios de prensa independientes de Venezuela. Nunca vieron
los cubanos las grandes multitudes que el día 11 marchaban hacia el
palacio de Miraflores pidiendo la renuncia de Chávez. Sin embargo, cuando
era seguro que éste regresaría, la televisión cubana
abandonó su señal para dar paso al canal estatal venezolano por
seis horas.
En medio de todo esto, los comentarios de los periodistas venezolanos, así
como de los políticos, incluidos el presidente Chávez, han
resultado curiosos e interesantes para los cubanos, aún los que son
fidelistas. Se escuchó hablar del respeto a la libertad de expresión,
de la legitimidad del pluralismo, del derecho de la oposición a existir y
a presentar iniciativas. Se habló de prensa libre. Todo ello matizado por
la palabra revolución. Acostumbrados a la retórica dura y
extremista de los voceros y dirigente del régimen de la Isla muchos
cubanos se preguntan ¿cómo, si aquélla es una revolución
auténtica, como dicen aquí, se reconocen esos derechos? ¿Por
qué en Cuba, a los ciudadanos que no están de acuerdo con el régimen
se les llama enemigos de la patria, y en Venezuela se reconoce a los adversarios
de Chávez como a venezolanos en igualdad de condiciones?
Con independencia de si ese discurso democrático de los chavistas se
respeta fielmente en la realidad, o no, lo cierto es que el mensaje ha sido
captado en Cuba. La revolución bolivariana no podrá ser nunca
similar a la cubana. Tampoco la revolución justifica la violación
de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Están muy cercanos los hechos ocurridos en Venezuela. Pero lo
acontecido demuestra que los tiempos han cambiado. Ya pasó la época
de las revoluciones a la cubana, pues son rechazadas por los pueblos en las
calles. Tampoco es tiempo de gobiernos de facto que se pongan al margen de la
ley y la constitucionalidad.
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