¿Qué
ocurre con la ideología de Fidel Castro? (I)
Tania Díaz Castro
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - Desde principios de este mes el Comité
Central del Partido Comunista de Cuba ha brindado en su sede el IV Taller de la
Ideología de la Revolución Cubana, cuyos participantes han sido
varios miembros del Buró Político y del Secretariado General de la
Central de Trabajadores Cubanos.
Sin que se conozcan los resultados, la prensa ha reflejado someramente
algunos de los aspectos tratados: los problemas ideológicos de la
construcción económica y de la estructura socioclasista y las
desigualdades reinantes en el país; ha hecho hincapié en que se ha
tratado de un debate, a pesar de que sus participantes son incondicionales al régimen.
Debate sería, claro está, si en ese taller se expresaran puntos de
vista distintos.
Se trata, no hay dudas, de "debates" donde el pluralismo político
está totalmente ausente, y debe ser así, puesto que el análisis
de la ideología de la revolución de Fidel Castro ha degenerado en
un verdadero callejón sin salida, incapaz de encontrar una respuesta a la
caótica situación que atraviesa el país, en particular la
masa trabajadora.
A pesar de esta realidad, los dirigentes políticos defienden a capa y
espada una escuela económica cubana que ha ido de fracaso en fracaso,
incapaz de ser ejemplo para los países en vías de desarrollo. Cuba
atraviesa por la peor situación socioeconómica de su historia, y
es de todos conocida la corrupción existente a nivel nacional, además
de la gruesa deuda de millones de dólares que ha contraído a través
de cuatro décadas (de gobierno castrista) y que no puede pagar de acuerdo
a las perspectivas actuales.
Si a pesar de todo esto aún se piensa que el socialismo debe ser una
opción contemporánea, mejor nos tapamos ojos y oídos para
no ver ni oír cuanto acontece en las calles cubanas. Basta mirar dentro
de una casa, observar su mesa de comer a la caída de la tarde, conversar
con sus pobladores, para darse cuenta que el socialismo fidelista ha resuelto
muy poco a la familia cubana.
En el IV Taller de la Ideología de la Revolución Cubana, el señor
Alfredo González, premio nacional de economía por segunda vez, se
atrevió a referirse a las contradicciones a las que se enfrenta el
llamado socialismo de Fidel Castro y sobre todo al exceso de voluntarismo, que
no es otra cosa que tomar decisiones en nombre de intereses políticos,
desconociéndose las leyes de la economía como ciencia.
No soy economista, y no hay que serlo para augurar el fracaso definitivo del
régimen de Castro, cuya característica principal es y será
anteponer las necesidades ideológicas a las del desarrollo económico.
Los ejemplos que ilustran esta afirmación son muchos.
Enfrascados en tareas laborales como la zafra, a pesar de que se conocía
de antemano su fracaso, el gobierno cubano no aceptó durante años
la necesidad de incrementar la industria turística, algo que se ha hecho
después de casi medio siglo de atraso. También despenalizó
tarde el dólar, cuando se conocían sus buenos resultados económicos.
Fidel Castro prefirió llevar a las prisiones a jóvenes cubanos
acusados de tenencia ilegal de divisas.
Pero lo más irónico de este taller ideológico fue lo
expresado por el secretario general de la Central de Trabajadores Cubanos, al
afirmar que la corrupción existente en la sociedad se debía a
fallas ideológicas. Y me pregunto: ¿Fallas de quién, de quiénes?
Si se trata de fallas esto quiere decir que la ideología de la
revolución cubana ha fallado para siempre. Baste recordar que en más
de 43 años el régimen no ha logrado satisfacer la primera
necesidad del cubano: su alimentación.
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