¡Qué
vejez nos espera!
Héctor Maseda, Grupo Decoro
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - Informes oficiales y estudios
especializados independientes dan cuenta de que el presupuesto asignado por el
gobierno cubano para el año 2001 a la seguridad social, apenas cubrió
la cuarta parte de las necesidades alimentarias básicas de los jubilados
cubanos. Pero lo terrible es que el año 2002 presenta peores condiciones
que el período que lo antecedió.
En 2001 se destinaron 1,862 millones de pesos para beneficiar a un millón
430 mil pensionados (periódico Trabajadores 11-3-2002). De modo que si
hacemos las conversiones pertinentes, a cada pensionado le correspondieron 108
pesos mensuales. Es decir, 3.60 diarios (US $0.14 al cambio actual).
Es cierto que las autoridades ofrecen mensualmente a cada ciudadano, por la
libreta de racionamiento, un grupo de artículos subsidiados, cuya compra
no supera los 13 pesos con 50 centavos. También es real que estos
productos apenas cubren la alimentación del ciudadano durante los
primeros diez días del mes.
¿Qué deben hacer los cubanos para alimentarse, más o
menos, los otros veinte días? Sencillamente recurrir a la red de tiendas
recaudadoras de divisas (si es que reciben ayudan familiar del exterior),
realidad que apenas beneficia al 10 por ciento de la población. O
depender de los mercados oficiales paralelos, el libre agropecuario y el subterráneo,
cuyos índices de precios al consumidor aumentó a partir de 1993 un
155 por ciento.
Por supuesto, que de estas cifras excluimos los gastos mensuales que cada
persona debe invertir en la adquisición de vestuario, calzado y, sobre
todo, medicamentos, que no existen en las farmacias del país, y debe
encontrarlos en el mercado negro.
Cada cubano necesita de un presupuesto mensual de 432 pesos para alimentarse
medianamente todos los días del año. Una simple operación
matemática demuestra cómo la seguridad social que existe en Cuba
cubre apenas el 25 por ciento de las necesidades alimentarias de los hombres y
mujeres que laboraron durante treinta o más años, y que en la
actualidad viven una pesadilla permanente.
Pero no sólo los ancianos soportan semejante via crucis. Recordemos
que el salario promedio mensual en el país es de 246 pesos. Si lo que
requiere una persona para su alimentación en igual período son 432
pesos, los que laboran disponen de 8 pesos veinte centavos al día ($US
0.31), que cubren solamente el 57 por ciento de sus alimentos.
Una pensionada del sector administrativo, de 63 años, sin familiares
en el exterior y a quien llamaremos Miriam, depende de la seguridad social que
le ofrece el gobierno, comentó: "Yo recibo 90 pesos al mes y no me
alcanza por mucho que los estiro. Para subsistir tengo que vender a precios
superiores a los que me costaron, los cigarrillos, el café y la pasta
dental que me tocan por la libreta. Con ese dinero y con la ayuda de mis dos
hijos, compro arroz, frijoles, viandas y vegetales y logro comer todos los días.
En ocasiones, mis muchachos me traen algunos alimentos. También me
invitan los fines de semana a sus hogares. Así puedo escapar un poco.
Ellos no pueden hacer más por mí. Tienen que sostenerse a sí
mismos y a mis nietos. La vida en Cuba cada día es más difícil".
Un anciano, Alfredo, que cumplió 16 años como jubilado del
sector gastronómico, refiere: "Cumplí 76 años y no
tengo familiares fuera de Cuba. Recibo 78 pesos de pensión y vivo solo
con mi mujer. No tuvimos hijos porque Dios así lo quiso. Los viejos como
yo tenemos que inventarla en el aire para sobrevivir. Yo vendo clandestinamente
ron y jabones caseros que algunos amigos me facilitan para que me defienda y
gane un dinero extra. Yo sé que me puede sorprender la policía en
este negocio, confiscarme la mercancía y ponerme una multa de mil
quinientos pesos. Pero, ¿qué voy a hacer? Mi mujer y yo no nos vamos
a morir de hambre. También ayudo a mi esposa en el cuidado y atención
de niños de madres trabajadoras que no consiguieron círculo
infantil para sus hijos. Eso da trabajo, pero también facilita algunas
entradas adicionales".
Para el año 2002 se anunció oficialmente que la seguridad
social en Cuba dispondrá de 1,994 millones de pesos. Alfredo Morales,
ministro de Trabajo y Seguridad Social, declaró al periódico
Granma que en el país tenemos 1 millón y medio de personas
beneficiadas con la seguridad social. ¡Qué lástima! Este año
tendremos millón y medio de compatriotas que vivirán padeciendo
como Miriam y Alfredo, cuando debían disfrutar de una vejez tranquila.
Ellos dispondrán de apenas 3 pesos 70 centavos diarios (US$ 0.14) y
cubrirán el 25.9 por ciento de sus necesidades alimentarias fundamentales
para sobrevivir.
¿Pero de qué nos quejamos? Si no tenemos fuerzas para romper las
ataduras, al menos debemos resistirlas con la dignidad y el aplomo de los
perdedores.
NOTA DEL AUTOR
Las cifras del presupuesto nacional destinadas a la seguridad social en
Cuba para el año 2002, divulgadas por el semanario Trabajadores, podemos
calificarlas de imprecisas, poco serias y contradictorias. Esta publicación
informó en su edición del 11 de marzo del presente año,
que se asignaban para ese acápite 1,994 millones de pesos. Sin embargo,
ese mismo medio de difusión señaló casi un mes después
(8 de abril de 2002) que el estado cubano dedicaba 1,664 millones de pesos del
presupuesto para cubrir la seguridad social. La diferencia es de 330 millones. ¿Cuál
de las dos cifras es la real? ¿Quién es el responsable de la
desinformación, el medio periodístico o las autoridades cubanas?
Por nuestra parte asumimos la primera cifra como válida, para no pecar de
parcialidad en contra del régimen.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
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