Publicado el 2 de abril de 2002 en
El Nuevo Herald.
La visita de la Gran Duquesa cubana
Associated Press. La Habana
La Gran Duquesa de Luxemburgo, María Teresa Mestre, paseó por
los históricos lugares de La Habana Vieja en la primera visita a la isla
desde que salió con su familia tras la revolución de 1959.
La duquesa, que se casó en 1981 con el entonces príncipe y
ahora rey Henri de Luxemburgo, llegó junto a dos de sus cinco hijos a La
Habana el viernes y permanecerá en la isla hasta la semana entrante,
indicaron a la Associated Press familiares en Cuba que hablaron a condición
de no ser identificados.
Durante su estancia María Teresa, que se hospeda en un hotel
capitalino, ha visitado a algunos de sus parientes y recorrido el centro histórico
de la ciudad.
Mestre nació en La Habana en marzo de 1956 y en octubre de 1959, al
calor de la revolución que llevó al poder al presidente Fidel
Castro, salió de la isla junto a sus padres.
Se estableció junto con su familia primero en Nueva York, luego en
España, hasta residenciarse definitivamente en Ginebra a fines de los años
60.
Fue en la famosa Universidad de Ginebra, donde obtuvo en 1980 un doctorado
en ciencias políticas, donde conoció al entonces príncipe
Henri, quien se convirtió en rey tras la abdicación de su padre,
el gran duque Jean, en octubre del 2000.
Escándalo en Panamá con raíces en Cuba
Gerardo Reyes. El Nuevo Herald
Un escándalo de distribución de sobornos a congresistas panameños
está develando, poco a poco, las operaciones de una empresa exportadora
de automóviles a Cuba que estuvo en la mira del Departamento de Estado
por posible violación del embargo.
Uno de los principales implicados, el empresario de origen ucraniano, Martín
Rodin, es propietario de Motores Internacionales S.A (Moinsa), la firma que ha
sido mencionada por un desertor de la inteligencia cubana como una supuesta
fachada del gobierno para sacar maquinaria de Estados Unidos con destino a la
isla.
Rodin está bajo investigación del Ministerio Público
del Istmo en el caso del presunto pago de sobornos a legisladores del Partido
Revolucionario Democrático (PRD) a través de Moinsa. Según
los alegatos, los sobornos habrían sido pagados en nombre del Consorcio
Internacional San Lorenzo para lograr la aprobación de una contratación
millonaria con el gobierno a fin de crear el Centro Logístico Multimodal
(Cemis) en la Zona Libre de Colón. El Cemis es un proyecto de un complejo
portuario de comercio internacional que incluye la ampliación de un
aeropuerto.
No fue posible obtener declaraciones de Martín, pero su padre Lew,
quien también ha sido accionista principal de Moinsa, dijo a El Nuevo
Herald que es falsa la versión de que su empresa es fachada de otros
negocios.
''Soy panameño y hago negocios en varios países, incluyendo
Cuba'' dijo. "Vendemos mercancía a crédito y el gobierno
cubano nos debe dinero''.
Lew, de 82 años, dijo que la relación con su hijo ''no es muy
buena, desafortunadamente, él no me quiere'' .
En cuanto al caso de los sobornos, en el cual él no ha sido
involucrado, comentó: "Para decir la verdad es que es muy difícil
saber la verdad''.
Nacido en Kiev, capital de Ucrania, Lew explicó que ''hace un
tiempo'' él y su hijo renunciaron a la ciudadanía estadounidense.
Lew se hizo ciudadano tras su llegada a Nueva York en 1945.
El consorcio comprometido en el escándalo de los sobornos está
compuesto por cinco firmas, una de ellas Birk Hillman Consultants de Orlando,
Florida. Los otros miembros son: Airport Consulting Vienna de Austria, Técnicas
Reunidas de España y McKinney International de Estados Unidos.
De acuerdo con versiones del diario La Prensa de Panamá, tras
estallar el escándalo, a mediados de enero, el consorcio contrató
a la firma Interimage Latinoamericana, Inc, registrada en Miami, para
contrarrestar los daños de la denuncias y evitar una posible investigación
de los socios de Estados Unidos por violación de la ley anticorrupción
internacional.
Martín, de 42 años, fue presidente de Moinsa, la firma que en
la década de los 80 representó para toda América Latina y
el Caribe las automóviles rusos Lada.
Según una fuente consultada por El Nuevo Herald, Moinsa tenía
otras actividades. Operaba como un santuario de oficiales de la seguridad cubana
para comprar maquinaria en Estados Unidos que terminaba en la industria
azucarera y otras fábricas de Cuba, aseguró el ex oficial de la
inteligencia cubana que desertó en Estados Unidos en 1995.
''La empresa no solo importaba automóviles sino que a través
de esa compañía se hacían compras en el extranjero sobre
todo en Estados Unidos, como por ejemplo repuestos para la zafra'', dijo el ex
funcionario quien se identificó como Alex. "En los año
ochenta Moinsa era como un puente entre el general Noriega y La Habana''.
Alex explicó que no tiene evidencias de que la familia Rodin
estuviera al tanto de los negocios ''poco ortodoxos'' de la empresa. Agregó,
sin embargo, que el gerente general de Moinsa en Cuba era Cosme González
Carone, un oficial de la Dirección General de Inteligencia, que ''sabía
tanto de las operaciones de Moinsa que cuando intentó desertar en 1992 un
comando cubano lo secuestró en Panamá y se lo llevó para
Cuba'', agregó.
González llevaba un vida muy holgada en Cuba, explicó Alex.
Tenía cuatro casas, varios carros y sus hijas estudiaban en Europa.
''Si González hablara se sabría muchísimo del papel que
han jugado varias empresas de Estados Unidos en la violación del
embargo'', agregó.
Lew Rodin confirmó que González era un empleado suyo que fue
despedido por razones que no quiso explicar. ''Nunca me causó buena
impresión'', comentó.
González fue reemplazado por Menelao Mora, nieto de unos de los mártires
de la revolución.
En una cándida declaración judicial en Panamá, Martín
reconoció que Moinsa pagaba en dólares a sus empleados y
ejecutivos en Cuba. Aseguró que tenía el temor de que uno de sus
empleados, Ricaurte Aguilar, a quien estaba acusando de chantaje, revelara esa
práctica a las autoridades cubanas.
''Explique porque [sic] se sintió atemorizado'', le pidió el
fiscal del caso y Martín contestó: "Señor fiscal, el
señor Aguilar conoce muy bien las restricciones que hay en Cuba del pago
de parte de los salarios de los trabajadores en divisas. Al llegar y presentar
los documentos a las autoridades, él podría provocar el cierre de
nuestras operaciones en Cuba y además la encarcelación de varios
de nuestros ejecutivos''.
Aguilar se negó a hablar con El Nuevo Herald. Dijo que había
llegado a un acuerdo con Martín.
Moinsa operó desde 1978 en la Zona Libre de Colón, en el Atlántico
panameño, donde recibía los vehículo Lada para sus distribuían
a América Latina, Centroamérica y el Caribe.
Posteriormente Martín fue nombrado presidente de Lada do Brasil Ltda
and Kamaz do Brasil Ltda.
A pesar de que los automóviles Lada dejaron de producirse, Martin y
su padre continuaron exitosamente con el negocio en Panamá y se
convirtieron en los mayores distribuidores de automóviles de América
Latina. Desde 1995 se dedicaron a la distribución y venta de vehículos
japoneses de marca Mitsubishi. Sus principales clientes en Cuba eran los
dirigentes políticos del régimen.
En Cuba los Rodin también registraron la empresa Motores
Internacionales del Caribe, S.A. (MICSA) para comercializar productos ofrecidos
por Eberhard Transamerica Group, S.A., entre los cuales estaban partes y
accesorios para vehículos Mitsubishi y Subaru.
En enero de 1997 el Departamento de Estado le envío a los Rodin una
carta en la que les informaba que estaban poniendo en riesgo sus derechos a
viajar a Estados Unidos a menos que dejaran de usar propiedades reclamadas por
ciudadanos estadounidenses en la isla.
De acuerdo con la ley Helms Burton está prohibido a los altos
directivos de las empresas y sus accionistas viajar a Estados Unidos si se
comprueba que sus empresas están utilizando propiedades confiscadas en
Cuba.
En esos momento la sede de Moinsa funcionaba en una casa del barrio de
Marianao de La Habana. La forma como el Departamento de Estado se enteró
de la posible violación al embargo fue a través del último
propietario de la casa, Jesús Capín, joyero de Miami.
Capín relató a un reportero de The Miami Herald que descubrió
que su residencia en la isla era usada por Moinsa, al ver las fotografías
que le trajo un amigo de la isla.
Los mexicanos ya no creen en Castro
Servicios De El Nuevo Herald. Mexico
La mayoría de los mexicanos cree que la abrupta partida del
gobernante cubano Fidel Castro de una reciente conferencia de las Naciones
Unidas en Monterrey fue preparada por Cuba, según una encuesta divulgada
ayer.
Un 62 por ciento de los consultados dijo que pensaba que la salida de Castro
de la cumbre estuvo preparada por el propio gobierno cubano, según el
sondeo realizada por el diario Reforma entre 650 adultos entrevistados telefónicamente.
Asímismo, los mexicanos valoran más al presidente
estadounidense George W. Bush que al gobernante cubano, quien a su vez está
ligeramente por encima del canciller de México, Jorge Castañeda,
según una encuesta divulgada por un diario nacional.
El 61 por ciento de los encuestados dijo tener una opinión
''favorable'' de Bush, frente a un 36 por ciento que opinó lo mismo de
Castro y un 33 por ciento que se pronunció por Castañeda.
Castro asistió algunas horas a la cumbre de Monterrey y tras
pronunciar un breve discurso anunció de forma sorpresiva su regreso a
Cuba, alegando que su presencia en la norteña ciudad mexicana había
creado una "situación especial''.
El episodio generó una ola de especulaciones y declaraciones
contradictorias que han llevado los lazos entre México y Cuba a su punto
más bajo en la larga relación bilateral.
Funcionarios cubanos han declarado que México habría sido
presionado por el presidente estadounidense George W. Bush, para pedir a Castro
que abandonara la conferencia antes de la llegada del mandatario norteamericano
a la reunión.
Bush y el presidente mexicano, Vicente Fox, han negado las acusaciones.
Sólo un 25 por ciento de los encuestados por Reforma dijo creer que
fue México el que pidió a Castro que se retirara antes de la
llegada de Bush a la reunión, que congregó a mediados de marzo a más
de 50 presidentes y jefes de estado.
No obstante, las opiniones estuvieron empatadas, con 46 por ciento a favor y
el mismo porcentaje en contra, ante la pregunta de si el gobierno de Estados
Unidos solicitó a funcionarios mexicanos que hicieran salir a Castro.
Para un 39 por ciento de los encuestados, desde que asumió Fox en
diciembre del 2000 las relaciones con Cuba han empeorado, mientras que el 26 por
ciento dijo que habían mejorado y el 28 por ciento que se mantienen
iguales.
Un 76 por ciento de los entrevistados consideró que las relaciones
entre México y Estados Unidos son muy buenas o buenas, comparado con un
41 por ciento que asignó esa misma calificación a las relaciones
entre México y Cuba.
El sondeo de Reforma dijo que un 59 por ciento se mostró a favor de
que renuncie Castañeda si se comprueba que funcionarios mexicanos
presionaron para una salida del presidente cubano.
Pero un contundente 82% estaría de acuerdo en que si no hubo tal
petición el Congreso mexicano exiga a Cuba una nota diplomática en
la que se asegure que las relaciones entre ambos países no están
dañadas.
La polémica ronda a Radio Martí desde su origen
El Nuevo Herald. Rui Ferreira
Desde su creación en 1985, la polémica nunca ha dejado de
rodear a las sucesivas administraciones de Radio Martí.
De hecho, entre 1987 y septiembre del año pasado, la Oficina de
Trasmisiones a Cuba (OCB, por sus siglas en inglés) ha sido objeto de
unas 52 investigaciones de irregularidades, entre auditorías, quejas,
inspecciones de seguridad, averiguaciones congresionales y demandas por acoso
sexual o manipulación de noticias, e incluso quejas contra los sindicatos
de la entidad.
''[La polémica] nunca ha dejado de existir, sea Salvador Lew, sea
Rolando Bonachea, sea Herminio San Román [actual y pasados directores de
OCB]; sea quien sea, nunca ha dejado de existir la polémica debido a la
misma naturaleza de Radio y TV Martí'', dijo Ana Navarro, activista
republicana de Miami-Dade que sigue de cerca la labor de las dos emisoras
federales.
En estos momentos cuatro empleadas de OCB --Christina M. Sansón, de
55 años; Michelle E. Sague, de 38; Carmen G. Steegers y Martha E. Yedra,
ambas de 38-- han elevado una queja a nivel federal por discriminación.
En ella, Sansón, quien fue directora de noticias de Radio Martí,
acusa a Lew, de 73 años, de hacer comentarios discriminatorios sobre las
mujeres ''en mi presencia'', y de "tratarme de forma humillante basado en
mi sexo''.
Lew, en conversación con El Nuevo Herald la semana pasada aseguró
que la alegación carece de fundamento, y que jamás ha tratado mal
a una empleada ni en Radio Martí ni en ninguna otra emisora donde haya
trabajado a lo largo de su vida. ''Yo soy un caballero'', dijo.
''El punto central de la queja es que ellas argumentan que fueron
discriminadas de sus funciones por ser mujeres, ya que fueron sustituidas por
hombres'', admitió el abogado Robert E. Weisberg, que representa a las
cuatro.
De hecho, según pudo averiguar El Nuevo Herald, las alegaciones
surgieron después que Lew tomó la decisión de cambiar a
algunas de ellas de sus posiciones en el marco del plan de reestructuración
de la emisora. ''Yo creo que eso lo explica todo'', dijo Lew.
Este tipo de acusaciones ha ocurrido en el pasado y siempre parece coincidir
con el inicio de nuevas administraciones en OCB.
Cuando San Román renunció en julio pasado, dejó atrás
por lo menos cuatro demandas contra él y sus colaboradores. Esa quejas
hablaban de discriminación en promociones, de demociones injustificadas y
hasta de chantaje.
En 1999, Oscar Barceló, un ex director de programas de Radio Martí
envió una carta a la Junta de Gobernadores quejándose de presuntos
comentarios discriminatorios por parte de la gerencia de Radio y TV Martí
bajo la administración de San Román. Desde entonces hay una
investigación abierta.
En el 2001, San Román perdió una demanda por discriminación
que había interpuesto Angélica Mora, una periodista chilena que
trabaja actualmente para la Voz de América en Washington, y que le ha
costado a los contribuyentes alrededor de $300,000.
El director de Radio Martí, durante la administración de San
Román, Roberto Rodríguez Tejera, fue suspendido de sus funciones
por alegaciones de retraso en anunciar la operación de captura del niño
Elián González.
Para los defensores del proyecto federal, en el cual trabajan alrededor de
200 personas, las críticas que se han desatado dentro de las dos emisoras
parten de un ''pequeño grupo'' de empleados que no se sienten contentos
con los cambios introducidos por Lew.
''Todo el mundo hace cambios, pero los cambios no acaban con las cosas
buenas; los cambios no significan que todo lo que se hizo está mal
hecho'', dijo un empleado de OCB que no quiso identificarse porque no tenía
permiso de la gerencia para hacerlo.
Pero hay quien va más lejos en pro del proyecto.
''Lo atacan porque es una fuente efectiva de diseminación de
información hacia Cuba'', afirmó Navarro.
''Los enemigos de Radio y Televisión Martí, que son muchos,
siempre van a tratar de crear una nube en cuanto a su efectividad y, por lo
tanto, el que carga los platos rotos sobre eso, la culpabilidad, siempre va a
ser el director. ¡Es la naturaleza de la bestia!'', agregó la
activista.
El último artículo de la serie, dedicado a quienes respaldan
la labor de Radio y TV Martí y las actuales reformas, aparecerá mañana. |