Entre el día
y la noche
Lucas Garve, CPI / CubaNet
LA HABANA, septiembre - Existe una voluntad consciente de manipular la
imagen de lo que pudiéramos llamar gérmenes de la sociedad civil
en Cuba. La batalla incesante contra los trabajadores por cuenta propia, y
cualquier forma de negocio independiente del Estado totalizador, goza una nueva
vía de expresión en las series policiales cubanas.
"Día y Noche" es una emisión de episodios policiales
a la manera archiconocida de un inspector policial más un equipo de
agentes, quienes desarrollan y resuelven todos los casos, apoyados por los
responsables de vigilancia de los Comités de Defensa de la Revolución,
el resto del Sistema Único de Vigilancia y todo el que se preste a "cooperar"
con los policías. El héroe-inspector lucha victoriosamente contra
los ciudadanos que infringen la ley,
¿Quiénes? Como en Cuba ya no existen burgueses, ni clase media
-ni el elástico de la media- la policía ahora batalla contra los
ladrones, los malversadores, la prostitución, los marginales, los
extranjeros, las secretarias de firmas y corporaciones de expor-import, los
arrendadores de viviendas. ¡Todo mezclado!
Porque aquí, caballeros, lo mejor del caso es que ya nadie es dueño
de una industria, de un hotel, de una docena de viviendas (si no es extranjero).
Sin embargo, sí llama la atención que los roles negativos
secundarios recaigan en sectores socioeconómicos independientes
nacionales. Lo que significa un tanto la identificación con una imagen
negativa de los dueños de paladares, de talleres, de arrendadores de
viviendas, etc., o cualquier otro agente en un escenario cuya característica
principal sea la de desarrollar cualquier gestión -sobre todo económica-
independiente del Estado.
Tal como si le dijeran al televidente: "Mira lo que hacen esas gentes
que tratan de escapar del control del Estado". Pues este proceso de
identificación constituye en sí mismo un proceso de "normalización"
de la MIRADA del televidente de una emisión que goza de la mayoría
aplastante de la teleaudiencia. De esta forma, ¿no preparan la aceptación
del hostigamiento estatal a las actividades económicas independientes? Un
mecanismo sutilísimo.
La proyección de una imagen negativa del trabajador independiente
contribuye también a sostener una imagen positiva del héroe
deseado en el escenario que se privilegia por parte de las autoridades.
En la "acera de los buenos" están los policías, los
trabajadores dentro del sistema estatal de trabajo, los vigilantes cederistas,
los que no tienen dólares. Evidentemente, "los que no están
penetrados".
Atención, atención a este lenguaje años 70 que ahora
parece renacer con cierta fuerza en los medios de comunicación cubanos.
Claro está, no es un gesto, ni un gasto, gratuito.
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