Acosa la
policía a la directora de la Agencia de Prensa Libre Oriental
HOLGUIN, 31 de agosto (Juan Carlos Garcell, APLO) - Oficiales de la
Seguridad del Estado hostigan y presionan a la directora de la Agencia de Prensa
Libre Oriental (APLO), Milagros Beatón, para que deje de publicar sus artículos
en CubaNet, entregue el equipo de fax con que transmite al exterior las noticias
y desarticule la agencia.
La señora Beatón, madre de dos niñas, de 10 y 13 años,
fue citada para que se presentara en un inmueble situado en el reparto Vista
Alegre, en la ciudad de Santiago de Cuba, que la policía política
usa para intimidar a periodistas independientes y opositores al régimen
de Fidel Castro.
Al presentarse en el lugar de la cita con sus hijas en la tarde del 29 de
agosto, dos oficiales de la Seguridad del Estado le dijeron que se trataba de
una entrevista. Uno de ellos se hace nombrar Alberto Dorquis Valdés, y el
otro expresó que es el jefe de la policía política del
municipio y que se apellida Tabares.
El interrogatorio comenzó y devino en una serie de amenazas
enmascaradas tras un procedimiento aparentemente cortés y respetuoso.
Como la directora de la APLO le ratificó a los gendarmes que su labor
periodística era incuestionable y que ella seguiría reportando
sobre la realidad de las provincias orientales del país a pesar de la
represión que suelen recibir los reporteros independientes en Cuba, los
oficiales trataron de coaccionarla. Los representantes de la Seguridad del
Estado le manifestaron que si dejaba de escribir, entregaba el equipo de fax y
disolvía la agencia de prensa, ellos le concederían, a cambio, el
permiso de salida del país para que la familia se reunificara en Estados
Unidos de América.
El esposo de Milagros Beatón radica actualmente en ese país y
ella no puede emigrar porque es médico, debido a una regulación
del Ministerio de Salud Pública que impide a los profesionales del ramo
que emigren legalmente.
Periodistas independientes y activistas de los derechos humanos de las
provincias orientales se mantienen atentos sobre futuras acciones represivas de
la Seguridad del Estado contra la señora Beatón o sus hijas, y
solicitarán a entidades internacionales y a la opinión pública
que tomen cartas en el asunto.
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