CUBANET .INDEPENDIENTE

25 de octubre, 2001


Visita indeseada

Héctor Maseda, Grupo Decoro / CubaNet

LA HABANA, octubre - Chao, conocido oficial de la policía política de Fidel Castro, se levantó temprano la mañana del 11 de octubre. Le esperaba una jornada agitada. Además de las obligaciones de rutina, visitaría a José Manuel Ríos Ramos, presidente del Grupo de Apoyo del Colegio de Pedagogos Independientes de Cuba. Su misión era presionarlo. "Qué lástima -pensó- tenía otros planes para ese día, pero las órdenes se cumplen, no se discuten".

"José Manuel es un antiguo opositor de la revolución -recordó el oficial- fue miembro del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), según consta en los informes. Se alzó en Matanzas en 1962, lo capturaron y lo condenaron a diez años de privación de libertad por atentar contra los poderes del Estado en la causa 128 de 1963, aunque la petición fiscal fue de treinta años. Desde que 'El guajiro', como llaman a José Manuel por su origen campesino, salió de la cárcel actúa contra el gobierno. Es hombre convencido de que el socialismo es malo para los pueblos, posee sólidas convicciones y no tiene miedo. Ahora tiene 62 años de edad".

En medio de estas reflexiones Chao llegó a la sala Mariana Grajales del Instituto de Angiología en compañía de otro oficial al que presentó como Manuel. José Manuel está ingresado en este centro médico hace tres meses porque tiene infección en el pie derecho, que se le complicó por problemas circulatorios, descalcificación en los huesos y diabetes. Lo sometieron a tres intervenciones quirúrgicas y poco faltó para que le amputaran el miembro. Hace treinta días le injertaron tejido para tratar de salvarle el pie, injerto que aún no ha prendido, por lo que requiere atenciones extremas de higiene y cuidados especiales, de acuerdo a las orientaciones del cirujano. Ahora está en vísperas de ser dado de alta y el Departamento de Seguridad del Estado (DSE) teme que su presencia en el municipio habanero de Santa Cruz del Norte "altere la tranquilidad ciudadana", porque los campesinos de la zona ven en El Guajiro a un líder natural.

Al verlo, Chao le dijo que necesitaba hablar con él a solas. Eran las 3 y 30 de la tarde. José Manuel le respondió que no podía caminar ni moverse en áreas exteriores a la sala sin cubrirse el pie para evitar infecciones u otras complicaciones con el injerto, ya que éstas eran instrucciones dejadas en la sala por el especialista.

Chao buscó una silla de ruedas y, haciendo caso omiso de las palabras del enfermo, comenzó a pasearlo por el hospital hasta que al fin se detuvo en un parque interior. La conversación se prolongó hora y media.

El mensaje de los oficiales de la policía política fue el siguiente: "Venimos a aconsejarte, teniendo en cuenta tu estado de salud y edad avanzada. Tú no resistes otro período en prisión. De allí no saldrás vivo. Sé inteligente y deja de buscar firmas para el llamado Proyecto Varela. Cuando regreses a Valle Elena (donde vive José Manuel en Santa Cruz del Norte) no te vamos a permitir que lo revoluciones. Si no obedeces te llevaremos nuevamente a los tribunales".

Tampoco faltaron frases hirientes y calumnias dichas por el oficial contra algunos disidentes, a los que calificó de "corruptos, terroristas, vendedores, de revendedores de medicamentos deficitarios en el mercado nacional, de receptores de dinero del imperialismo..."

José Manuel se molestó con la discusión, pero se sentía vivo y capaz de enfrentarlos nuevamente. No obstante, su salud lo traicionó. Le subió la presión peligrosamente y comenzó a ponerse rojo. Los oficiales del DSE se preocuparon y decidieron dar por terminada la conversación, no porque les importara un comino la vida de aquel hombre, sino para que no le ocurriera nada en presencia de ellos y evitar que los culparan de cualquier desenlace fatal.

En medio de este desagradable encuentro se apareció una enfermera amiga de José Manuel, nombrada Carmen Bermúdez. Ella se incorporó al grupo sin saber que aquellas dos personas eran oficiales de la policía política que se despedían "amistosamente" del enfermo. De este modo el asunto tomó otro rumbo: mientras uno de los agentes llevaba de vuelta a la sala a José Manuel, el otro interrogó a la enfermera por dos horas.

Las consecuencias que se derivaron de estos hechos no pudieron ser peores. A José Manuel la hipertensión y la subida de azúcar en sangre le hicieron pasar un mal rato. Se comprobó, por el paciente, que los oficiales no estaban autorizados por ningún médico para actuar como lo hicieron, conscientes de que se le podía infectar el pie por no estar cubierto con la gasa antiséptica.

Esa tarde, el oficial Chao regresó a su hogar satisfecho. Había cumplido la misión que el mando le encomendó. Se recostó en la cama, sonriente, convencido de que había logrado lo que quería. ¡Qué le importaba a él la vida o contribuir a la muerte de un enemigo de la revolución! A fin de cuentas en el amor y en la guerra todo vale.

Cerró los ojos y trató de que su tranquila conciencia le permitiera conciliar el sueño.


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

Noticias por e-mail

La Tienda - Libros , posters, camisetas, gorras

In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
Prensa Independiente
Prensa Internacional
Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
Inglés
Aemán
Francés

SOCIEDAD CIVIL
Introducción
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
MCL
Fraternidad de Ciegos
Seguidores de Cristo
Estudios Sociales
Ayuno

DEL LECTOR
Cartas
Debate
Opinión

BUSQUEDAS
Archivos
Búsquedas
Documentos
Enlaces

CULTURA
Artes Plásticas
Fotos de Cuba
Anillas de Tabaco

CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe 1998
Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887