Gracias por
el honor
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, octubre - Cuando los papeles llegaron a mi telefax (7) 70-1890,
donde por lo general se me puede localizar los miércoles y viernes, pensé
que se trataba de una provocación de la policía política.
Los datos señalan a CubaNet como distribuidora del texto pero éste
es de naturaleza tan provocadora, y además contiene una velada amenaza
contra los periodistas independientes cubanos, que se me hizo difícil
atribuir a esa página electrónica semejante envío por la
sencilla razón de que allí no pierden tiempo en papeles
insultantes.
El periodista siempre confirma, de modo que en cuanto me pude comunicar con
CubaNet supe con certeza que aquella monserga de castrismo desenfrenado era el
-mal llamado- artículo, publicado en el sitio Web de la oficiosa Unión
de Periodistas de Cuba (UPEC), bajo el título 40 años de bloqueo
vs. prensa cubana.
Entonces, sólo entonces, me convencí de la utilidad del gesto
de CubaNet así como de lo apropiado de contestar. De inicio, siento
gratitud por los autores del escrito, pues el subtítulo hace honor al
periodismo independiente cubano de colocar su impacto en la vida isleña
al mismo nivel que la política de sanciones económicas
unilaterales de Estados Unidos a Cuba. Todo un gazapo que no deja de ser
revelador: "Dos fuerzas negativas: el bloqueo y los llamados independientes".
Si en la percepción de los autores una política hacia mi país,
diseñada desde la nación más poderosa del planeta, se
coloca al mismo nivel que la labor del pequeño grupo de esforzados que
dentro de Cuba aspiran a hacer periodismo distinto al de la prensa cuya infeliz
calidad es materia de chistes de teatro lleno acá en La Habana, lo que se
deduce de esto es que los periodistas independientes cubanos hemos llegado más
lejos de lo esperado, pese a nuestras indudables carencias.
Polemizar con una monserga puede parecer oficio de tontos, pero no tanto. Más
allá de la obvia intención satanizante, valdría para los
autores -recurso clásico de contracultura, lo de satanizar- responder a
la pregunta de por qué un número de los por ellos llamados agentes
a sueldo de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana se oponen
abiertamente al embargo norteamericano y sus derivados.
Sin dudas, la prensa oficiosa, los autores de la monserga, podrían
anotarse un señor "palo periodístico" al entrevistar a
esos díscolos empleados -a su decir- que discrepan de la política
del supuesto empleador, nada menos que en medios de prensa de los cuales se dice
paga el contratante.
Pero no, la prensa que "puede preciarse de ser una de las más
libres e independientes del mundo" -apuntan los autores- carece del olfato
periodístico necesario para captar ese notición de primera plana,
en el juicio más benévolo. De paso, una vez más, la
contracultura cubiche: ese nacionalismo de aldea, según el cual los
cubanos siempre estamos "entre los mejores del mundo". En educación,
en salud, en la producción de orgasmos y en el diablo colorado, aunque
nos desmientan los índices de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, que
por cierto se nutren de estadísticas oficiales.
Sin embargo, cuidado con la monserga. En ella se afirma que "el pueblo
cubano es tan civilizado que las acciones tan indignantes como las que cumplen
los llamados 'periodistas independientes' son incapaces de arrastrarlo a usar la
violencia contra ellos: se ha tenido respeto por la integridad personal de esos
individuos. A ninguno se le ha torturado, asesinado o desaparecido como
tristemente ocurre cada año en el resto de América Latina".
Aparte el humor negro, se debe tomar nota de que por ningún lado de
la monserga se ve la intención de condenar una eventual agresión física,
en los medios de comunicación social de Cuba, en caso de que los
periodistas independientes fueran objeto de ella. En cuanto al comentario
latinoamericano, cabe recordar que si en América Latina pasa todo lo que
pasa a los periodistas es porque allí sí pueden publicar sobre los
desmanes del poder y de las mafias.
Aquí, autores, polemizando entre colegas: ¿qué ocurriría
a uno de ustedes si escriben aunque sea un articulito para denunciar la
flagrante inconstitucionalidad del Decreto 217, atentado contra el derecho
enunciado en la Constitución cubana de domiciliarse donde a uno le dé
la gana? ¿Por qué eso no pasa en una de las prensas "más
libres e independientes del mundo"? ¿Para qué asesinar a un
periodista afiliado a la UPEC, si basta con decretar su muerte civil expulsándole
del empleo y de la organización profesional?
Concedo razón a los autores de la monserga en lo siguiente: desde el
punto de vista de una gobernabilidad, es cierto que la política de
sanciones económicas unilaterales de Estados Unidos a Cuba puede obligar
a cierta censura. Pero eso puede normarse por ley, como se hace en muchos países
que también protegen determinados secretos estatales, con plazos
estipulados para hacer públicas las informaciones sensibles. No como en
Cuba donde, para citar un solo ejemplo, existe casi absoluto secreto sobre las
estadísticas de comisión de delitos.
Una cosa es proteger al país de un adversario -pensemos "en
castrista", a veces es útil- y otra encubrir a burócratas
encumbrados, so pretexto de la patria.
Quizás por ello se haga necesario difundir monsergas. Aunque, de
todos modos, gracias por el honor. No sabíamos los periodistas
independientes que somos tan poderosos.
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