Apocalipsis ¿ahora?
Lucas Garve, CPI / CubaNet
LA HABANA, octubre - Las primeras dos semanas de octubre se caracterizaron
por el espasmo temeroso que recorre la opinión pública insular. La
caída en flecha del turismo en Cuba como consecuencia de los
acontecimientos mundiales ocasionó un efecto dominó perjudicial
para la enclenque economía cubana.
La denominada "locomotora de la economía cubana" disminuyó
su velocidad. Un 60 por ciento menos de afluencia turística en el Caribe
provoca en Cuba el cierre de pisos enteros en hoteles y otras instalaciones, en
espera del aumento de la circulación de turistas extranjeros.
También se afectan los trabajadores de las infraestructuras turísticas
como choferes de taxis y ómnibus, guías, dependientes gastronómicos,
empleados de hoteles, además del sector de arrendadores de habitaciones a
extranjeros, paladares...
Aunque los trabajadores vinculados al turismo no pierden su empleo, sino que
los retiran a su casa con el 70 por ciento de su salario en moneda nacional o
los ponen a realizar otras labores, lo decisivo es lo que me explicó un
chofer de turistaxi actualmente "interrupto": "Sigo cobrando mi
sueldo en la casa, pero no veo el dólar. Al no tener propina del turista
no gano dólares".
Mientras los medios oficiales de comunicación se esfuerzan en
machacar sobre las consecuencias de la campaña estadounidense en Afganistán,
la calle habanera no cesa de emitir opiniones bastante pesimistas acerca del
retroceso inmediato de la economía cubana.
Si hasta hace unos meses algunos optimistas hablaban del efecto de la
recuperación económica, hoy ya hablan del regreso a la situación
económica de 1993 (cuando el llamado período especial estaba en la
fase de mayor rigor).
Por la parte de la economía doméstica, los precios siguen
aumentando. Por ejemplo, la libra de frijoles negros -en venta en la cadena
estatal Imagen- subió a 6 pesos, 0.20 centavos más cara que en el
mercado libre campesino, donde alcanzaba 5.80 pesos por libra la semana pasada.
"La calle está encendí'a", expresó una
cincuentenaria a la salida del mercado agropecuario. Sin duda, se refería
a los precios de productos como la cebolla (de 10 a 12 pesos la libra), la casi
ausencia de vegetales frescos y los precios de las frutas, que en muchos casos
subieron uno o dos pesos.
Además, la venta del dólar en las casas de cambio (CADECA)
ascendió a 24 pesos, lo que significa un esfuerzo bastante serio para
quienes compran entre 5 y 10 dólares con el fin de adquirir víveres
que solamente pueden obtenerse en ese tipo de moneda.
Un pasajero que viajaba junto a mí en el ómnibus me comentó
que unos vecinos estaban tostando pan viejo para guardarlo en latas, "como
medida preventiva para la escasez que se avecina".
Al parecer, las pocas esperanzas de los cubanos de a pie se esfumaron. En años
pasados, en esta época, las preocupaciones apuntaban hacia el final del año
y las posibilidades de celebrar las fiestas. Pero, actualmente, las perspectivas
están marcadas por el signo negativo en cuanto a la mejoría de la
crisis económica.
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