Periodistas
latinoamericanos y caribeños apoyan monopolio informativo
Juan Carlos Linares / CubaNet
LA HABANA, octubre - Concluyó en Ciudad de La Habana el congreso de
periodistas latinoamericanos y caribeños con discursos, declaraciones,
elogios y apoyo al grupo político que gobierna en Cuba, el mismo que
persigue a los periodistas independientes, que tipificó como delito
nacional la libre expresión y publicación del pensamiento y que
controla todos los medios de difusión del país.
En el periódico Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba
(PCC), se reportó la clausura de este encuentro bajo el siguiente
titular: "USAR TODAS LAS VIAS CONTRA EL MONOPOLIO DE LA INFORMACION".
Sin embargo, como era de esperar, ninguno de los participantes en el congreso se
refirió a los arrestos de periodistas alternativos cubanos ni a cómo
la policía política los acosa hasta el punto que tienen que
exiliarse en otro país.
En la reunión de La Habana tampoco se mencionó la Ley 88,
llamada "ley-mordaza", por la que cualquiera que divulgue noticias u
opiniones a medios de prensa radicados en el extranjero puede ser condenado a
veinte años de cárcel.
Ningún periodista preguntó en el congreso cuándo el
gobierno de Cuba permitirá a sus gobernados acceder libremente a
Internet, ver la televisión extranjera, tener teléfonos celulares,
leer a cualquier escritor, suscribirse a periódicos y revistas publicadas
fuera del país o comprar videocasseteras (VCR), medios que facilitan la
información del pueblo.
De los 300 reporteros extranjeros y 100 nacionales que se reunieron para
oponerse al monopolio de la prensa, ninguno inquirió por qué no
hay espacio en los medios cubanos para aquellos que ejercen el oficio fuera del
control del PCC.
Evidentemente, este congreso de periodistas latinoamericanos y caribeños
respondió a los intereses del convocante, o sea del PCC. Al mismo
asistieron conocidos izquierdistas y bisoños soñadores, todos los
cuales han servido eficientemente a los comunistas cubanos en su política
de desestabilización de las instituciones democráticas del mundo.
Uno de los puntos claves del congreso fue -en mi opinión- el anuncio
de la creación de cierto buró de prensa que, aunque no se informó
quién correría con los gastos, se teme será financiado a
costa del pueblo cubano.
También se habló sobre la creación de la emisora radial
latinoamericana y se insinuó que los venezolanos podrían ser los
contribuyentes de ese proyecto.
No obstante, hubo algunos participantes que expresaron ideas interesantes,
como el que dijo: "Hay que darle participación a todas las fuerzas
vivas de la sociedad civil". Pero expresiones de este tipo fueron
censuradas por el Granma y todos los medios controlados por el PCC.
En resumen, los periodistas latinoamericanos y caribeños que
participaron en este congreso apoyan el monopolio informativo del Partido
Comunista, por lo cual quedan descartados moralmente en su afán de
erigirse defensores de la libertad de prensa. Se predica con el ejemplo, no con
comunicados políticos.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet.
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