Reprimen a
vendedores ambulantes de Camagüey
CAMAGÜEY, 9 de octubre (Mario Enrique Mayo, CPIC / CubaNet) -
Vendedores ambulantes cuya sobrevivencia depende de sus ganancias diarias son
acosados de manera sistemática en la ciudad de Camagüey por el
cuerpo de inspectores y por la policía local.
Tal es el caso de Felipe Hernández Hurtado, de 40 años, al que
le impusieron 500 pesos de multa porque vendía ajo y plátanos,
cuando fue interceptado por inspectores de la Oficina Nacional de Administración
Tributaria (ONAT).
La nuera de Hernández Hurtado fue amenazada por los inspectores con
que la harían pagar 1,500 pesos si la sorprendían vendiéndole
frutas a la población camagüeyana.
Los funcionarios a cargo de reprimir a los vendedores generalmente los
persiguen en el ómnibus Girón matrícula CSM-593.
Sin embargo, aunque la actividad de los vendedores ambulantes reporta
beneficios a la sociedad, el Estado no les extiende la licencia para operar de
manera legal ni les garantiza empleos cuya remuneración permita vivir
decentemente.
Analistas independientes opinan que manteniendo en la ilegalidad a los
vendedores el Estado obtiene mayores ganancias a través de las multas y
del decomiso de las mercancías a que los somete.
Los mercados locales se caracterizan por la insuficiente venta de productos
a la población, que sólo puede paliar sus necesidades básicas
en los comercios dolarizados.
Felipe Hernández Hurtado reside en Santa Rita entre Lugareño e
Industria, en la ciudad de Camagüey.
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