Nuevo cuento
de Caperucita y el Lobo Feroz hacha en mano
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Caperucita al Lobo disfrazado: "¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!"
Lobo Feroz: "¡Para verte mejor!"
Caperucita: "¡Dime, Abuelita, ¿para qué quieres esa
filosa hacha que tienes en la mano?"
Lobo Feroz, confundido: "Bueno... este... yo... sí, el hacha...
en mano. Sí, verdad, después te digo, Caperucita".
El Lobo Feroz, para ver mucho mejor, ha dispuesto que el "derecho"
de los ciudadanos comunes, para escudarse de delincuentes y de intrusos ojos
vigilantes de gratuitos y tarifados informantes, mediante muros perimetrales de
sus viviendas, no puede pasar 120 centímetros de alto. Lo dice la Ley. De
ahí, hasta el firmamento, pertenece al Estado policiaco.
Hacha en mano, inspectores del Instituto de la Vivienda midieron e hicieron
marcas en el cercado de mampostería de mi vecino, José Barranco,
en Guanabo, La Habana, y bajo amenazas de imponerle altísima multa, lo
obligaron a derrumbar "el exceso".
El suceso no es excepcional ni ingenuo. Está enmarcado en los tenaces
esfuerzos del gobierno absolutista para intentar poner freno al balbuceante,
pero pujante, capitalismo que da muestras de abrirse paso a pesar de todas las
trabas absurdas impuestas por él.
Por eso han inventado el concepto y bandera "revolucionarios" de
lucha contra "las ilegalidades" que, en su vastidad, incluye las
viviendas "sobredimensionadas", inexacta palabreja que no concuerda
con la Ley, que en ninguna de sus reglas precisa, ni en mucho ni en poco, el límite
máximo de espacio habitacional, pero que ha servido para la confiscación
de miles de inmuebles "sobredimensionados", penalidad de la que están
exentas las lujosas mansiones y búnkers de los altos funcionarios del
Partido Comunista, muy bien resguardados por sólidos y altos cercados a
los cuales no llega el hacha del Lobo Feroz. 7
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