El segundo
huracán
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Usted no querrá creerlo,
pero otro huracán azota a los cubanos después del paso de Michelle
por la isla el 4 de noviembre.
El fenómeno climatológico invirtió menos de diez horas
en pasar por la isla; mas el segundo, el huracán que nos dejó, aún
bate con fuerza cuatro. Este huracán no es otro que el de la propaganda
oficial y la campaña política progubernamental que los medios de
comunicación cubanos llevan a cabo sin cesar desde el sábado 3.
La consigna contrahuracán difunde tres ideas apreciadas por el
gobierno. Unidad, solidaridad, disciplina. Luego le tocó el turno a la "recuperación".
Repetidas promesas de una pronta recuperación tratan de consolar a
quienes perdieron algo, casi todo, o todo por los efectos devastadores de
Michelle. Pero estos conceptos parecen muy necesarios desde antes del huracán
mismo.
Un tercer canal de televisión salió al aire el sábado 3
de noviembre, pero emitió los mismos programas del canal 6 durante una
semana. "Ahora hay tres canales y transmiten lo mismo los tres", me
comentó una joven de Centro Habana entre las paredes húmedas de su
casa. "Estamos en fase recuperativa; sin embargo, la TV no se recupera",
afirmó la hermana de la primera. El lunes 12 comenzó la programación
habitual.
Así que durante la semana del 5 al 11 de noviembre, a medida que la
energía eléctrica volvió a llegar a los hogares, el primer
aparato que se conectó fue el televisor. De esta manera pudieron tener
una visión del desastre, aunque continuaron viendo los materiales una y
otra vez en una "programación especial".
El domingo 11, en ciertos espacios televisivos, algunos portavoces de la
televisión cubana explicaron que "se debía a que no toda la
población gozó de la reposición de la electricidad al mismo
tiempo y muchas personas se interesaban por ver los materiales sobre el huracán".
¡Pues entonces hay huracán para rato! Cierto es que gracias al fárrago
de la campaña post huracán ya hay frases que han pegado. Por
ejemplo, se escucha con frecuencia: "Estoy en fase recuperativa" o "Es
que esto está en casa en fase recuperativa", como explicación
ante alguna deficiencia o dificultad muy cotidiana. Y esas frases prometen
quedarse.
La reiteración de las promesas es incesante, y las declaraciones que
se pueden escuchar en los reportajes televisados van desde la enumeración
de los daños hasta la apologética oficialista para concluir.
Sin embargo, salta a la vista la falta de imágenes de camiones
trasladando materiales de construcción, artículos para reponer los
perdidos y alimentos para los damnificados. Eso no se ha visto en la pantalla.
Evidentemente, lo que se les ofrece es el consuelo de las promesas y las
arengas a reconstruir sus viviendas destruidas. Pero, ¿con qué?
Aquí está el dilema del asunto. Cuándo llegarán
los materiales, por ejemplo, para aquellos campesinos de la Ciénaga de
Zapata que pedían clavos para levantar un techo donde guarecerse.
No deja de ser cierto que las autoridades acuden a inspeccionar los daños
y dialogan con los damnificados. Mas lo que éstos necesitan es resolver
sus urgencias cuanto antes. En fin, menos palabras y suficientes materiales, ¡eso
es lo que realmente les hace falta!
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