Vicisitudes
de estudiantes universitarios en Camagüey
LA HABANA, 7 de noviembre (Regina del Sol y Alejandro Hernández, AIDH
/ CubaNet) - Un cocimiento de hojas de naranjo y un pedazo de pan es el desayuno
que reciben los estudiantes cubanos de la Universidad de Camagüey, según
una joven becada en ese centro estudiantil, donde se imparten once
especialidades.
Desde que comenzó el curso, el almuerzo y la comida consisten en
arroz, chícharos y fufú de plátanos o yuca hervida, de
acuerdo con la fuente mal elaborados y carentes de higiene. Sólo en dos
ocasiones han brindado otro tipo de frijol, dos veces han agregado croquetas y
una vez pollo.
Sin embargo, existen cafeterías en el área universitaria que
pertenecen a la red de gastronomía de la provincia, donde se venden
bocaditos de jamón, jamón y queso y refresco, con precios de 3, 6
y 1 peso, respectivamente, que resultan excesivamente altos para jóvenes
que dependen de la ayuda de sus padres. Agregó la fuente que estos
productos carecen de calidad e higiene, y relató que recientemente compró
un pan con jamón por 3 pesos y el pan estaba viejo, con moho verde y
sucio en los bordes. Quiso devolverlo y recuperar su dinero y el dependiente se
negó, alegando "que ya lo había comprado".
Estas deficiencias alimentarias han hecho que muchos estudiantes cubanos
tengan, a escondidas, pequeñas hornillas eléctricas para
prepararse algún alimento ligero con provisiones que llevan desde sus
casas, como huevos para hacer tortillas. Esto trae como consecuencia que
alrededor de las 7 de la noche se produzca una sobrecarga eléctrica en
las líneas del área residencial de los estudiantes cubanos, por lo
que se interrumpe el fluido, que se restablece hasta el día siguiente a
las 3 de la tarde.
Por su parte, el área residencial de estudiantes extranjeros dispone
de una línea independiente de mayor capacidad energética, por lo
que pueden usar todos los equipos sin el temor de quedarse a oscuras, con
temperaturas sofocantes y mosquitos que no les dejen dormir. A estos estudiantes
extranjeros les está permitido usar cocinas eléctricas,
refrigeradores, televisores; como poseen dólares, compran además
juegos de cuarto y todo lo necesario para gozar del confort deseado en los
dormitorios universitarios.
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