Castro también criticó la política de guerra de
EE.UU. y Gran Bretaña en Afganistán.
BBC
Mundo. Escribe Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en La Habana. Sábado,
03 de noviembre de 2001 - 05:48 GMT
El presidente cubano Fidel Castro se dirigió a la población
para pedir calma y dar la seguridad de que el gobierno mantendría las
reformas económicas emprendidas en los años 90.
Por la cadena nacional de radio y televisión, Castro se comprometió
ante los cubanos a mantener la legalización del dólar y los
mercados agropecuarios, donde los campesinos privados venden sus productos.
Además afirmó que su gobierno haría todo lo posible por
evitar mayores devaluaciones del peso y aseguró que se mantendrían
abiertas las casas de cambio, donde se pueden comprar y vender dólares.
Castro llamó a los cubanos a tener confianza y no guiarse por las
opiniones de los especuladores que están fomentando la idea de que el
peso cubano continuará cayendo ante el dólar.
Baja el turismo y sube el dólar
El peso cubano llegó a comienzo de los años 90 a un cambio de
140 por dólar, pero las reformas económicas lograron revaluarlo
hasta llegar, hace 4 años, a 20 pesos por cada dólar
estadounidense.
Sin embargo, esta estabilidad se rompió a mediados de este año
y después del 11 de septiembre la divisa estadounidense se disparó
hasta llegar a 26 pesos por unidad.
Las causas de esta devaluación podrían estar en el descenso
del turismo, que se inicio con la recesión mundial, se agravó a raíz
de los atentados contra Estados Unidos y continúa a causa de la guerra en
Afganistán.
Cientos de miles de cubanos viven del turismo, 100 mil trabajan en el sector
y dependen de las propinas, decenas de miles alquilan sus casas y un número
incalculable vende o da algún servicio a los turistas.
Evitar la especulación
Como si esto fuera poco, la crisis económica estadounidense y la
inseguridad que se vive allí han provocado la reducción de las
remesas familiares, la segunda vía de ingreso de divisas del país.
Las ventas habrían caído enormemente después del 11 de
septiembre.
Esto causó bastante inseguridad y una gran disminución de los
gastos de la población. En muchos negocios, las ventas son de alrededor
de un 50% menos que antes del 11 de septiembre.
La inseguridad provoca enormes colas en las casas de cambio, debido a que
los cubanos cambian los dólares justos para el día, en espera de
nuevas devaluaciones del peso cubano.
En este sentido, el presidente Castro trató de devolverle la
seguridad a la población, con el fin de evitar que la moneda nacional
continúe cayendo por rumores u otras razones artificiales.
La guerra: el peor remedio
El mandatario cubano no perdió la oportunidad de criticar la política
de guerra de Estados Unidos y Gran Bretaña en Afganistán afirmando
que es un "remedio peor que la enfermedad".
"No sugerimos que el crimen quede sin castigo" afirmó
Castro, pero la forma en que Estados Unidos lo está haciendo generará
"altares donde millones de personas venerarán" a los supuestos
terroristas.
Castro alertó sobre la prolongación y extensión de un
conflicto, que podría llegar incluso desestabilizar a potencias nucleares
como Pakistán, dándole acceso a ese armamento al terrorismo.
También criticó duramente los ataques biológicos contra
Estados Unidos, pero expresó que Washington ha desatado una campaña
alarmista que lo único que provoca es una mayor inseguridad ciudadana.
Castro aseguró que "a Cuba también llegan cartas con
polvitos y cosas extrañas, 116 han sido detectadas" -algunas
provenientes de Estados Unidos y dirigidas a él mismo- pero afirmó
que esto fue tratado con clama y serenidad.
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