Gobierno
cubano oculta problemas de los jóvenes comunistas
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, mayo - Aunque los miembros del Comité Central del
Partido no lo admitan públicamente, se sabe de los males que aquejan a la
juventud comunista.
Al concluir casi doscientas reuniones municipales y provinciales, se
evidenció que persisten deficiencias en la Unión de Jóvenes
Comunistas (UJC). Sólo las indisciplinas hubieran hecho desaparecer esta
agrupación de no contar con el espaldarazo del régimen.
Según trascendió, pocos militantes de la UJC creen en el
liderazgo de esa organización, hay un altísimo índice de
inestabilidad en los dirigentes de esa entidad y los jóvenes no quieren
afiliarse a la misma.
Las circunstancias políticas actuales es lo que impulsa todavía
a que parte de la juventud cubana ingrese en la UJC, porque así pueden
acceder a estudios, empleos y cargos a los que nunca llegarían sin ese
aval. Pero una vez alcanzada la meta comienza el abandono de los compromisos políticos
contraídos. "Oportunistas sin escrúpulos ni convicciones
propias" -opinan algunos entrevistados. Hay de todo en la viña del
Señor.
El liderazgo de la UJC entre los obreros -si lo tuvo alguna vez- se ha
perdido completamente. Los Comité de Base, calificados hoy de "unidades
de combate", han decrecido en todo el país sobre todo en las
principales ciudades. En cuanto al sector agrícola, los jóvenes
descendientes de campesinos privados se niegan abierta y rotundamente a
incorporarse a la UJC.
Todavía está fresco el recuerdo de lo sucedido en el último
Congreso de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media
(FEEM), cuando la directiva nacional de esa agrupación fue criticada públicamente
porque menos del 50 por ciento de los dirigentes de la FEEM en las diversas
instancias no se habían incorporado a las filas de la UJC. Noventa días
después todo fue "rectificado" de tal manera que el porcentaje
de militantes comunistas en los directivos de la FEEM sobrepasaba el 95 por
ciento. "Magistral pucherazo a quienes habían sido electos democráticamente
por sus compañeros" -opinaron encuestados al respecto.
Las sanciones a los militantes de la UJC alcanzan niveles que lindan en el
ajuste de cuentas de una élite ortodoxa incapacitada para ofrecer
motivaciones a los que ellos definen como "renegados ideológicos".
Por su parte, las principales figuras del gobierno saben que las actuales
deficiencias perjudicarán el liderazgo del Partido Comunista en los próximos
años, lo que se agrava con numerosas deserciones, por lo que ya se
empieza a hablar de usar "nuevos métodos" para recuperar lo
perdido.
El proselitismo se hace más fuerte ahora entre los estudiantes porque
el sector laboral ya no rinde los frutos de antaño.
Por otra parte, cuando los militantes de la UJC arriban a la edad de
transitar hacia el Partido Comunista hay quienes no quieren que se les procese,
y otros que aceptan, pero que después resultan expulsados por cometer
indisciplinas graves.
En fin, el problema es grave en la UJC.
Se sabe de voces que tímidamente han llamado, en reuniones de jóvenes
comunistas, a "no olvidar el compromiso con el pueblo ni los problemas del
país", pero la apatía y otras irregularidades internas no
dejan que se oigan semejantes planteamientos. Son secundarios, al parecer.
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