El culpable
Ramón Díaz-Marzo
LA HABANA, mayo - Todos necesitamos al culpable que justifique nuestros
errores. Y aunque nuestra época ya no utiliza la hoguera de la Santa
Inquisición, nuestro corazón, endurecido, se ha transformado en
paredón de fusilamiento donde cada día ejecutamos a muchas de las
personas que nos rodean.
El culpable nos aporta el ordenamiento momentáneo de nuestro caos
personal. Esto ocurre porque la conciencia no está preparada para aceptar
los juicios de la introspección.
La conciencia es pura soledad, monólogo desgarrador. Y el único
modo de escapar de nosotros mismos es disponer de un coro que presencie al
culpable seleccionado para depositar nuestros yerros.
Nadie escapa a la necesidad de encontrar un culpable, ni siquiera cuando
triunfamos. Pues hasta tendrá que existir la persona que pague los platos
que tuvimos que romper para llegar al éxito.
La parte mayor de nuestras vidas la pasamos obrando sin el previo análisis
de nuestras acciones. Y es casi imposible encontrar a personas que antes de
actuar piensen en las consecuencias de sus actos. Nuestra constante relación
con los demás es agredir y ser agredidos. Es como si no soportáramos
vivir en paz. Así, cuando una persona comienza a concientizar que su
albedrío sólo es un manojo de emociones informes, comienza a
sentirse sola. De ello se desprende que la relación con los demás,
para sentirnos bien, es una lucha por sentirnos inocentes. Y en esa cruzada por
probar nuestra inocencia, cuando fracasamos, nunca será por nuestras
faltas, errores, yerros, sino por el culpable.
La búsqueda del culpable siempre ha existido. No es otra cosa que la
víctima propiciatoria de otros tiempos que fueron peores. Y esa víctima
propiciatoria, en el diferendo Cuba Vs USA, podría ser el Imperialismo
Yanqui, la Revolución Cubana, o cualquier miembro familiar o amical de
nuestro entorno.
Toda nuestra vida es una cruzada por demostrar nuestra inocencia.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|