Buenas
noticias
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, mayo - En el Primer Festival del Monólogo de Miami,
efectuado a principios de mayo con la participación de teatristas de
Brasil, Argentina, Francia, España y Estados Unidos conquistaron premios,
obras y creadores procedentes de Cuba.
Un éxito cubano en cualquier esfera, ya sea cultural, deportiva, económica
u otra, representa un motivo de orgullo nacional. Sin embargo, esta oportunidad
tiene un significado adicional, pues el festival se realizó en la ciudad
de Miami sin ningún tipo de dificultades y en un ambiente plural, con la
asistencia de un abundante público que disfrutó a plenitud las
funciones.
Esta muestra de civilidad indica el grado de madurez alcanzado en la ciudad
floridana, y contrasta con la lóbrega sociedad cubana donde quien se
atreva a presentar propuestas diferenciadas de la línea cultural oficial
es inmediatamente visto como un enemigo al que se debe aplastar.
A esta buena noticia se añade la disposición de líderes
jóvenes de la comunidad cubana en Estados Unidos, anunciada semanas atrás,
para que los Grammy Latinos sean entregados en Miami con la lógica
participación de artistas y orquestas provenientes de la Isla, dándose
así un positivo paso que ayudará en gran medida al encuentro y
entendimiento entre los cubanos.
Indiscutiblemente, la democracia y el pluralismo son las soluciones a la
persistente crisis cubana. Pero es imposible lograr el triunfo de estos
conceptos sólo mediante la retórica. Mucho más efectivos
resultan los ejemplos concretos, demostrativos de que los seres humanos pueden
convivir pacífica y armoniosamente por encima de las diferencias ideológicas,
en un ambiente de respeto mutuo.
Las autoridades de La Habana, en su afán de mantener su poder
absoluto sobre el pueblo, defienden su actitud totalitaria al amparo de una
supuesta protección de la unidad nacional, cuando precisamente con esa práctica
se obtiene el fraccionamiento de la sociedad en múltiples pedazos.
La supresión por la fuerza de las ideas en modo alguno las elimina,
ya que éstas perviven ocultas en la conciencia de hombres y mujeres. Así,
únicamente, se consiguen atizar las contradicciones y hacerlas antagónicas.
La unidad social alcanzada de esta forma, como demostró la caída
del bloque soviético, es ficticia, al esconder la realidad y el sentir de
los pueblos.
Por el contrario, el diálogo civilizado y respetuoso entre ciudadanos
libres aleja la hipocresía y la doble moral originadas por el miedo, lo
que permite identificar en su plena magnitud los obstáculos al avance
social y la adopción de las medidas necesarias para encontrar las
soluciones adecuadas.
Los inobjetables triunfos en materia económica de los compatriotas
residentes en Estados Unidos han sido un valioso acicate en la lucha contra el
totalitarismo en Cuba. Las tendencias existentes para reforzar y perfeccionar la
democracia de Miami se reciben con júbilo y esperanza en la Isla.
Representan una prueba palpable de que los cubanos, a la vez que podemos crear
riquezas y prosperidad, también somos capaces de unirnos en la
diversidad, en un clima tolerante y con plena libertad, creándose un
modelo de convivencia social imposible de refutar con los vacíos
argumentos de la propaganda oficial.
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