La atención
de salud en La Habana
Oswaldo de Céspedes, CPI
LA HABANA, mayo - La escasez de citostáticos, inmuno-supresores y
antibióticos de cuarta generación, es tema candente en hospitales
de tratamiento oncológico. Otras líneas de medicamentos, como los
corticoesteroides, relajantes musculares, anti-ácidos y
anti-inflamatorios, no se encuentran en los centros hospitalarios, lo que
provoca las quejas de los especialistas de la salud.
Un ejemplo de la escasez, la impotencia y el estrés que ocasionan
estas situaciones, es el hecho ocurrido en el Hospital Pediátrico de
Centro Habana, cuando la niña Maipú Aguilera Duarte, de 11 años
de edad, ingirió el 7 de mayo, por negligencia, un cáustico que le
ocasionó quemaduras de la orofaringe, esófago y estómago.
Inmediatamente fue trasladada al centro asistencial y tratada por los galenos de
guardia y otros dos de la sala "Ignacio Agramonte", de Cirugía.
En conversación con la madre de la niña, Regla Duarte, uno de
los especialistas le preguntó si podía conseguir por alguna vía
algunos medicamentos necesarios para suministrar a Maipú, porque éstos
se encontraban en falta en el hospital, y posiblemente se podrían obtener
en los mercados farmacéuticos dolarizados. Los medicamentos son:
Sucralfato o Meprosol, Renetidina y Bálsamo de Chostakoski.
La cauterización del esófago por agentes químicos es de
impredecible pronóstico, de acuerdo al grado de quemadura. En muchos
casos, el quirófano es la solución más adecuada.
Llama la atención que la industria farmacéutica cubana tiene
una línea de producción amplia, pero muchos medicamentos no se
encuentran en las farmacias de los centros asistenciales y mucho menos en los
barrios. Uno de esos medicamentos que produce la industria de fármacos
del municipio Boyeros es la Renetidina, que pertenece al renglón de
medicinas exportables.
Por otra parte, si incuestionable resulta la calidad humana y profesional
del trabajador de la salud en Cuba, también hay que señalar las
mil y una dificultades que enfrenta cada día en el ejercicio de su
profesión.
La segunda casa del trabajador de la salud, el hospital, se ha convertido en
un centro de maltrato físico y psíquico para el médico,
enfermera o enfermero, y para todo aquel que tenga necesidad de recurrir a un
centro asistencial. El deterioro sostenido de las instalaciones médicas
alcanza ya el total abandono. Tales son los casos de la Quinta Canaria, en el
municipio Arrojo Naranjo, el hospital Clínico Quirúrgico de Diez
de Octubre, el "Calixto García", el materno "América
Arias", ambos del municipio Plaza, y el "Freyre de Andrade", de
Centro Habana. A cada uno de estos hospitales puede erigirse un monumento con la
inscripción: a la incapacidad y la indolencia.
El otrora eficiente hospital docente "Calixto García", por
cuyos salones pasó más de una lumbrera de la Medicina nacional, es
hoy por hoy un sitio devorado por la insalubridad, por donde pululan cucarachas
y mosquitos, que ya forman parte de la familia médica. Las instalaciones
sanitarias espantan, mientras que las salas de curación no garantizan
absolutamente nada que tenga que ver con la recuperación de un enfermo.
Un amigo cirujano, de guardia el día en que visité el
hospital, y a quien conté mi pesar por el estado de abandono del Calixto,
me dijo:
-Nada, mi hermano. Esta es la Habana Vieja... sin Eusebio Leal.
Es conveniente señalar, para que no se preocupen los extranjeros que
acuden al turismo de salud, o para realizarse tratamientos especializados, que
esta situación de falta de medicamentos no se presenta en las
instalaciones destinadas a estos fines. Es el caso de los hospitales "Cira
García", el Centro de Retinosis Pigmentaria, Las Terrazas y otros de
máximo confort, excelente trato y sin ninguna carencia.
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