El extraño
caso de un oficial del DSE encarcelado
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, 8 de mayo - Mirtha Villanueva es una delgada y pequeña
mujer que aparenta tener más años de los que tiene en realidad. Su
gran pena es un hijo preso. El tiene 39 años y se nombra Camilo Pérez
Villanueva. Es licenciado en Educación Física, y era oficial del
Departamento de Seguridad del Estado o DSE, presumiblemente de la Sección
de Inteligencia. Viajaba constantemente al extranjero, principalmente a
Venezuela y Colombia. En este último país era acogido por un
millonario.
Pérez Villanueva residía en Santos Suárez, otrora
barriada de la clase media. Un día de 1996 fue detenido y acusado, entre
otros delitos, de espionaje.
JAF - ¿Señora Villanueva, ¿cuál es la situación
que afronta actualmente su hijo?
MV- En la cárcel de Kilo 7 (en la provincia de Camagüey) mi hijo
no tiene un médico que lo atienda realmente. Allí no hay hospital,
no hay laboratorio, no hay esterilización. Se le está aplicando
insulina y se le aumenta gradualmente la dosis de insulina, y no se le debe
aumentar porque eso afecta aún más su salud. No tiene la dieta
adecuada para un diabético.
La leche que le toca a los enfermos por prescripción facultativa se
la están dando a la guarnición del penal, se la quitaron a los
enfermos y se la dan a los militares. No se me permite entregarle los alimentos
que le llevo. Tampoco permiten que le lleve frutas o jamón. Además,
ahora pretenden que se rasure con cuchillas usadas que pueden estar infectadas.
Al ser diabético él tiene que tener mucho cuidado con eso.
JAF - ¿Su hijo está encerrado en esa prisión desde que
fue sancionado?
MV- No, primero estuvo en el Combinado del Este (cárcel de Ciudad de
La Habana), después fue que lo mandaron para Kilo 7.
JAF - Pero, si él reside en La Habana, ¿por qué lo
mandaron tan lejos? Kilo 7 está a más de 700 kilómetros de
esta ciudad.
MV- Bueno, están violando los derechos humanos de él y los míos.
Están tratando de "aterrillarme" (modismo popular que significa
acorralar, crear todo tipo de dificultades), porque están tratando de que
yo perezca en esta situación. En este momento tengo una linfangitis en el
pie derecho, tengo problemas respiratorios crónicos, tengo enfisema
pulmonar y neuropatía.
JAF - ¿Qué edad tiene usted?
MV- Sesenta y cuatro años.
JAF - ¿Cómo usted realiza ese viaje de tantos kilómetros,
con tantas dificultades de transporte que existen en Cuba?
MV- Por mi físico puede darse cuenta de los trabajos que he pasado y
la situación que tengo. Ya he bajado 43 libras. A veces puedo reservar
pasaje para ir, pero no para regresar. Tengo que pasar días y días
en la lista de espera de la terminal de ómnibus o de trenes o venir en un
camión, con frío, bajo la lluvia, de cualquier forma que sea
posible. Otras veces no tengo recursos para pagar un pasaje fuera de la lista de
espera... porque los pasajes se compran, cuestan 120 pesos. Yo no tengo dinero
para eso.
JAF - ¿Cuando usted dice "se compran" se refiere a la bolsa
negra, al mercado ilegal?
MV- Sí, en la bolsa negra.
JAF - Supongo que usted ha hecho gestiones para que trasladen a su hijo
hacia La Habana. Si esto es así, ¿cuál ha sido la respuesta?
MV- Ninguna. En cero me he quedado. Dicen que la respuesta por ley se da a
los 60 días, pero yo, a pesar de las varias veces que he hecho la
solicitud, ni siquiera he tenido un acuse de recibo. Estoy cansada de escribir a
15 y K (sede en el Vedado habanero de la Dirección Nacional de Cárceles
y Prisiones del Ministerio del Interior), de plantear la situación de mi
hijo que tiene diabetes mellitus, que casi siempre está descompensado
producto de la mala alimentación que tiene en la cárcel. Un diabético
tiene que comer cada dos o tres horas, comer seis veces al día, no una o
dos comidas mal elaboradas y poca cantidad. Agréguele a esto que nunca
puede ver a sus hijos, hace ya seis años que no ve a sus hijos porque no
podemos transportarnos todos para allá. Todos no podemos ir a Kilo 7, no
hay recursos ni dinero para viajar hasta allá. Además, son
muchachos pequeños, por lo que no los podemos exponer al frío, a
la lluvia, al sereno, a dormir a la intemperie.
JAF - ¿Cuáles son los presuntos delitos por los que condenaron a
su hijo, señora Villanueva?
MV- Lo condenaron por espionaje, falsificación de documentos,
estragos y hasta le aplicaron estafa.
JAF - ¿La condena fue...?
MV- De 18 años.
JAF - ¿Qué hacía su hijo antes de ir a prisión?
MV- El trabajaba para el G-2 (Departamento de Seguridad del Estado). Era
teniente o primer teniente. Daba muchos viajes al extranjero. Colombia,
Venezuela. Trabajaba con un colombiano que se llama Armando Prado Pina,
millonario él. Y mi hijo viajaba mucho para allá. Aquí todo
el mundo sabe que para salir del país tiene que autorizarlo la Seguridad
del Estado. Nadie sale de este país porque quiera viajar y ya. Es más,
en mi propio país yo no puedo ni ir a Varadero ni a ninguna playa. Las
playas están limitadas, aquí las playas de nosotros son un charco,
las más malas. Fuera de eso yo no puedo ir a ninguna parte, imagínate
para salir fuera del país. Entonces dijeron que él, mi hijo salía
clandestino. Cómo iba a salir clandestino. Salía con un pasaporte,
con su tarjeta blanca (permiso de salida del Ministerio del Interior).
JAF - ¿Quién dijo que salía clandestino?
MV- La Seguridad del Estado dice que no estaba autorizado a viajar. Bueno, ¿y
quién lo autorizaba? La Seguridad, porque él entraba por el
aeropuerto José Martí y entraba por protocolo y salía por
el aeropuerto José Martí.
JAF - ¿Eso fue lo que dijo la policía política en el
juicio?
MV- Eso lo planteó la fiscal y lo apoyó la Seguridad del
Estado. Los coroneles que tenían que haber estado en el juicio, que era
con los que Camilo trabajaba, fueron trasladados uno para Moa ( a más de
mil kilómetros de La Habana) y los otros dos no sé para donde. El
asunto es que no aparecieron en el juicio, aunque se les había dicho que
no podían faltar al juicio. En sus casas no había nadie, todos
fueron trasladados fuera de La Habana. A mí, la presidenta del tribunal
me dijo que el coronel que estuviera citado para juicio iba si quería,
pero que no tenían obligación de ir. Entonces ¿cómo se
iba a demostrar una inocencia si los testigos que debían ir no fueron?
JAF - ¿Cuándo fue ese juicio?
MV- Se efectuó el 4 y el 5 de diciembre de 1996, en la audiencia de
La Habana.
JAF - Señora Villanueva, recientemente el gobierno de Fidel Castro
fue condenado en Ginebra por violar los derechos humanos. El gobierno está
muy molesto con esa sanción y todos los días la prensa oficialista
habla de esa situación. En su experiencia personal, ¿cree usted que
se violan esos derechos en Cuba?
MV- Sí. Se violan los derechos humanos. Mi caso es una muestra de
ello. Tengo que estar viajando a Camagüey en las peores condiciones sin
estar yo condenada. Tengo que hacer viajes larguísimos. Otros presos han
sido trasladados hacia sus provincias de residencia, pero mi hijo sigue allá
en Kilo 7. El capitán Armando Sánchez Sifontes me ha planteado: "Su
hijo Camilo Pérez, será trasladado para La Habana cuando yo
entienda, cuando yo crea". Yo le pregunté que por qué y él
me respondió: "Porque el traslado de él depende
exclusivamente de mí y por ahora no se lo pienso dar".
JAF - ¿Cuál es la función de ese capitán?
MV- Es oficial del G-2 allí, es el que atiende los presos políticos
de Kilo-7. Yo lo que quisiera, como dicen que aquí no se violan los
derechos humanos, es que sepan que sí se violan y de muchas maneras.
Porque eso de no permitir la entrada de alimentos para un preso es una violación.
Sí se violan los derechos humanos porque no se les permite llevarle
frutas, no se permite que estén en sus provincias de origen. Por qué
me tienen que sancionar si no he cometido ningún delito, por qué
tengo que viajar a la intemperie, a mi edad y con una linfangitis que casi no me
deja caminar y un enfisema pulmonar que me ahoga. Mi hijo estuvo un año y
cuatro meses aislado en un cubículo. Cuando pregunté por qué,
me dijeron que era para preservarle la vida.
Mirtha Villanueva reside en el reparto Eléctrico, en una casa de dos
plantas. Alguien que la conoce me dijo que su esposo también fue oficial
de la Seguridad del Estado. Hoy no es más que una mujer que sufre mucho.
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