¿Qué
plebiscito?
Fara Armenteros, UPECI
LA HABANA, mayo - "¡Qué bueno! ¡Qué bueno!",
exclamó Clemente, mi vecino, cuando vio en la pantalla del televisor la
consigna ¡ANEXION NO! ¡PLEBISCITO SI!, y agregó: "Yo que
pensé que este primero de mayo tendríamos nada más que farándula
y carnaval en la Plaza de la Revolución".
- Vamos a tener plebiscito, eso es otra cosa -prosiguió Clemente.
Cuando su nieta le preguntó qué era un plebiscito, Clemente le
dijo que es el derecho que da la Constitución a los ciudadanos para
expresarse cívicamente sobre uno o varios asuntos por medio del voto.
- ¿Y tú que vas a expresar, abuelito? -inquirió la nieta
con escepticismo.
- Yo, si me dejan, pido, por ejemplo, que la pensión que me pagan
como jubilado sea aumentada para que me alcance para comer -apuntó
Clemente.
- Que el totalitarismo llegue a su fin, para tener derecho no sólo a
asentir.
- Que el salario del maestro no sea inferior al del policía.
- Que se acaben las mesas redondas en la televisión y que en las
mesas de las familias cubanas aparezcan los alimentos.
- Que pongan suficientes guaguas, porque ya los pies de tu abuelito no dan más
-añadió el anciano.
- ¡Pero abuelito! -exclamó la hija de Clemente. Lo que tú
necesitas son unos tenis como los de Fidel Castro... Mira, mira lo bien que él
camina y es casi de tu edad.
- Pero, olvídate, ese plebiscito que claman no es para atender los
problemas del pueblo cubano, es para que otros pueblos latinoamericanos rechacen
el libre comercio y la Cumbre de Las Américas -agregó la hija.
- ¡Ya me extrañaba! -dijo Clemente. Pero mi plebiscito también
llegará, porque tengo una larga lista de demandas que plantear -concluyó
el viejo.
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