Historia de
un tanque
Tania Díaz Castro
LA HABANA, marzo - Sólo en el socialismo un tanque inservible puede
ser motivo de una crónica periodística. Un tanque que dejó
de abastecer de agua al reparto Eléctrico, del municipio Arroyo Naranjo,
en la capital habanera, hace cuarenta años, pero un tanque que prestó
un excelente servicio a esa localidad, hoy carente del preciado líquido.
Desde entonces ese tanque deteriorado, lleno de insectos, sirve de único
adorno al único parque de dicho reparto. Como símbolo de un tiempo
que ya pasó, no presta utilidad alguna. Eso sí, es mirado con cariño
por sus pobladores, porque durante muchos años abasteció de agua a
todos.
Ha transcurrido casi medio siglo y el tanque continúa en su mismo
lugar: en el centro del parque, sobre gruesas cabillas, en las calles Tercera y
Julio Antonio Mella, líder estudiantil comunista.
El tanque, dicho sea de paso, ha visto desfilar ante él a dirigentes
e inspectores que lo observan sin saber qué medidas tomar. Esperan, dicen
los vecinos que lo rodean, que se caiga solo, en cualquier momento, con una
ventolera o un ciclón. Pero nadie quiere tumbarlo. Nadie se ha atrevido
hasta ahora.
Hace algunos meses, varios vecinos del Comité de Defensa No.4 "Arístides
Viera", ubicado en la misma calle del parque, enviaron una carta a la
prensa, solicitando que se hiciera todo lo posible porque algún organismo
estatal se llevara el inútil pero histórico trasto y así
tener varios metros más de espacio en un parque tan pequeño.
Alegan en la misiva los vecinos que en numerosas asambleas de rendición
de cuentas, las que organiza el Estado para que los ciudadanos cubanos planteen
los problemas, se ha hablado del asunto y sólo les responden que no
existe un equipo capaz de bajar un tanque tan pesado y trasladarlo a otro sitio.
Las peticiones no han servido de nada. Este símbolo socialista,
obsoleto además, continúa en medio del parque, junto a escasos árboles
y bancos por reparar. Como aquella gran caja de caudales que permaneció
cuatro décadas en la acera de Zanja y Lealtad, en el municipio Centro
Habana, en la misma esquina de la unidad policiaca, y que por suerte ya no está
interrumpiendo el paso de los transeúntes, al tanque de Arroyo Naranjo le
espera un poco más para dejar de estorbar.
Justo es que como el Arca de Noé, éste también, aunque
vacío, pase a la historia y hasta, por qué no, se convierta en
leyenda con su triste fondo de verdad.
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