Vídeo
y mercado negro
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, marzo - La incautación de un cargamento de aparatos de vídeo
por la policía en una de las bodegas de un barco atracado en el puerto de
La Habana fue dado a conocer por los medios nacionales hace unos cuantos días.
Pero la repercusión del acto policial aún se percibe en las
calles habaneras. Por ahí se puede medir la importancia que han adquirido
los aparatos de vídeo para la población en la actualidad.
Si a mediados de los noventa los bancos de vídeos florecieron en un
terreno cuyos linderos rozaban la clandestinidad y la semilegalidad, a partir
del 99, a pesar de las multas y decomisos, el alquiler de cintas de vídeo
se estableció como una actividad lucrativa y hasta agradecida.
La demanda de alquiler por telespectadores hartos de la imagen y la
propaganda monotemática que difunden los medios de prensa aumentó
considerablemente y forzó a los "banqueros de vídeo" a
ampliar la oferta con programas del canal 23 y Univisión copiados en
Miami y traídos -no sé cómo- a La Habana.
Cristina Salaregui y su programa son más apreciados hoy por hoy en La
Habana que en algunas ciudades de Estados Unidos. Una población de
hispanohablantes deseosos de oferta televisiva variada espera por novelas,
culebrones, programas de divulgación, talk shows, y todo lo que venga.
"La única forma que mi hija esté tranquila es ponerle los
muñequitos que alquilo. Ella se aburre con las mesas redondas y las
tribunas abiertas", me explicó una mulata del barrio de Atarés
muy involucrada en actividades políticas a favor del gobierno.
¿Qué se puede esperar de los que disienten de la política
oficial?
Un colega del periodismo independiente cuenta que en el edificio donde vive
entre las 6 de la tarde y las 8 de la noche en un buen número de
viviendas todos están sentados frente al televisor para ver una cinta de
vídeo. Esa es la hora de la emisión de la mesa redonda.
El precio de los aparatos de vídeo VHS nuevos oscila actualmente
entre 270 y 300 dólares en el mercado negro. Al final de los noventa
llegaron a costar entre 160 y 200, pero después del comienzo de las mesas
redondas y las tribunas abiertas el precio ascendió espoleado por la
demanda hasta el nivel actual. ¡Cosas de la economía sumergida y la
política!
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente. |