Mauricio Vicent | La Habana.
El País, 6 de junio de 2001
El Gobierno de Fidel Castro acaba de crear un ministerio anticorrupción
cuya misión es contrarrestar los 'efectos negativos' provocados por las
reformas económicas de corte capitalista introducidas en Cuba tras la caída
del campo socialista y prevenir la contaminación de empresarios,
dirigentes y funcionarios. El ministerio en cuestión se llama de Auditoría
y Control, y fue presentado la semana pasada a los directivos de los organismos
centrales del país por el vicepresidente cubano, Carlos Lage.
Para Lage, es el deber de los revolucionarios 'frenar y aplastar todas las
manifestaciones de corrupción'. El vicepresidente cubano aseguró
que no había casos de corrupción 'en la dirección de los
ministerios' y que aun los descubiertos 'en las instancias intermedias distan
mucho de los conocidos en otras partes del mundo'.
Aun así, el vicepresidente vino a decir que era mejor pecar por
exceso que por defecto. 'La corrupción es intrínseca al sistema
capitalista y, pudiera decirse, es la savia que lo alimenta, pero es totalmente
contraria al socialismo'. Y añadió: 'Tenemos que prevenir más,
eliminar las condiciones que favorecen las desviaciones y actuar más enérgicamente
contra todo aquello y todos aquellos que atenten contra la moral y el prestigio
de la revolución'.
La creación del Ministerio de Auditoría y Control tiene lugar
en medio de una fuerte ofensiva ideológica y política por
recuperar y revitalizar la pureza revolucionaria. Funcionarios cubanos admiten
que las reformas aperturistas introducidas a partir de 1993, aunque escasas y tímidas,
han provocado desigualdades y conductas como el 'amiguismo', el 'egoísmo'
y el 'acomodamiento', que favorecen las conductas corruptas.
Control económico
La prensa cubana no oculta datos reveladores, como el que ofreció el
mes pasado el diario Juventud Rebelde, citando a la antigua Oficina Nacional de
Auditoría. El periódico se lamentaba de que 'en pleno año
2000, cuando la economía cubana se juega el todo por el todo para seguir
recuperándose y perfeccionando su perfil insólito en este mundo, aún
el 54% de las entidades auditadas presenta malos o deficientes resultados en el
control de sus recursos y el registro de sus hechos económicos'.
Los rumores de casos de corrupción entre dirigentes de empresas o
ministerios importantes son crecientes, pero el único hecho público
por las autoridades que ha provocado el cese de un ministro, el de Pesca,
Orlando Rodríguez Romay, se dio a conocer en marzo. La decisión se
debió 'a la aceptación de comisiones y obsequios inadmisibles con
la ética de los cuadros del Estado y el Gobierno cubanos, que involucró
a varios funcionarios', entre ellos el hermano del ministro Romay, quien fue
destituido oficialmente por su falta de control, no por corrupto.
El año pasado, como medio profiláctico y dentro de esta misma
lucha contra la corrupción, algunos ministerios dictaron regulaciones
internas para limitar el trato de empleados y empresarios cubanos con sus
contrapartes extranjeras, entre las que se encontraban no aceptar comidas,
regalos, ni establecer relaciones de amistad.
El trabajo esencial del nuevo ministerio anticorrupción, en palabras
de Lage, 'es prevenir, no detectar más delitos o violaciones o descubrir
funcionarios o actos corruptos. Hay que detectarlos todos a tiempo, pero lo
principal es la disminución de tales hechos como resultado de una
disciplina estricta, un control riguroso y una mayor conciencia revolucionaria'.
En definitiva, aislar y acorralar el virus capitalista que se ha ido colando por
las grietas de las reformas.
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