Vivencias en
una capital insalubre
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, julio - Una avioneta fumiga varias zonas de la capital cubana
hace días. La sirena de un carro patrullero irrumpe en el silencio del
ocaso. Tras el sonido irrumpe un camión que lanza humo insecticida hacia
las viviendas y demás inmuebles. Las brigadas que combaten al mosquito
Aedes se ven activas en varios municipios de la capital.
Muchas personas se preguntan si hay epidemias, si se trata de algún
virus o del dengue hemorrágico. Silencio... En los medios de prensa los
segmentos informativos se refieren a otros temas, al parecer más
importantes.
Sin embargo, un murmullo callejero afirma que hay dengue. Aunque no se dice
que sea hemorrágico. En algunos certificados expedidos por los médicos
se puede leer: dengue. Tampoco escriben que sea hemorrágico.
Ciertos centros de trabajo han sacado a sus empleados de las labores
cotidianas para que se echen a sus espaldas una moto-mochila y vayan a fumigar,
aunque nunca en sus vidas hayan manipulado uno de esos aparatos.
Continuamente, los médicos exhortan a la población para que
hierva el agua que consume, a pesar de que ellos saben que tal medida no podrá
llevarla a cabo casi nadie por la escasez de combustible.
"Las aguas no son tratadas", asegura una señora que trabaja
en el acueducto.
Por otro lado, los desperdicios proliferan por doquier y se amontonan en
basureros donde cucarachas, moscas y roedores encuentran un hábitat
perfecto para su desarrollo y multiplicación.
En la mañana de hoy supe de mucha gente que acudió a la posta
médica con la sintomatología siguiente: fiebre, tos, malestar
general y diarreas. Pero el galeno no consultó porque -según la
enfermera- fue a las oficinas provinciales de Salud Pública. "¡Ah,
y no tomen aspirina, que está contraindicado!", agregó la
especialista.
En las farmacias capitalinas no hay existencias de medicinas para las
diarreas u otros malestares del estómago. Alguien desde una esquina recetó
una yerba denominada "tapón".
En el puesto de viandas, donde los envíos son más escasos cada
vez, casualmente hoy descargaron plátanos verdes. La carne de res (ésta
si no la esperaba nadie), cuya venta está regulada por el estado a tres
veces al año, llegó. Anteriormente la vendieron el 20 de mayo.
Los enfermos intercambian impresiones sobre sus síntomas en las filas
para obtener estos alimentos. También comentan que "el problema del
arroz está duro". De las seis libras que le corresponde comprar a
cada ciudadano cubano sustituirán la mitad por harina de maíz.
Una anciana contagiada se queja de tener mucho decaimiento y de la falta de
frutas. Alguien le dijo que fuera a la cafetería del chino, un
establecimiento particular. Y otro le comentó: "En la shoping, mi
vieja, hay todo tipo de frutas por dólares".
Otro salidero de aguas albañales, de pestilencia extrema, brotó
frente a un restaurant improvisado en la zona comercial de La Palma, en el
municipio Arroyo Naranjo. Uno de los empleados gritó repetidamente: "¡Reporten
esto, que no se puede respirar aquí!"
Un transeúnte, al chocar con el mal olor, exclamó: "Los
hospitales están llenos y los médicos no soportan la carga que
llevan".
Los medios de prensa sí transmitieron anoche el discurso de Carlos
Lage, vicepresidente del Consejo de Estado, en la segunda jornada de la sesión
extraordinaria de la ONU dedicada al sida. Durante su intervención, Lage
brindó al mundo diferentes tipos de ayuda para facilitar la atención
de esos enfermos.
Por su parte, el periódico Granma publicó un artículo
donde se citan "los cuantiosos recursos que eroga el país, aún
en difíciles condiciones económicas, para el control del mosquito
por medios químicos".
En uno de los párrafos finales del comentario, el periodista
gubernamental asegura: "Las epidemias de dengue clásico y hemorrágico
afectan a unos treinta países en América y el Caribe".
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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