Error de cálculo
Lázaro Raúl González, CPI
PINAR DEL RIO, enero - Parece que no está la previsión entre
las más practicadas de las virtudes que pudieran tener los estrategas de
la publicidad en Cuba, porque si el paseo efectuado por tres funcionarios de la
Sección Cultural de la Embajada de España disfrazados de Reyes
Magos por algunas calles de La Habana, el pasado 6 de enero, hubiese sido
reportado (incluso criticado) sólo como lo que fue -un hecho bastante mal
organizado y peor ejecutado- si no se hubiese montado un aparato publicitario
oficialista, todo un masivo escándalo alrededor del incidente, con
pronunciamientos de las más altas autoridades del país y, en
cambio, hubiese economizado un poco de alharaca acerca del doloroso tema de los
juguetes y los niños, de seguro que se hubiesen ahorrado los amargos
comentarios que sobre el asunto está expresando la gente con
posterioridad al sobredimensionado suceso.
"¿Cómo tienen la desvergüenza de hablar de juguetes si
al precio que el gobierno los vende en sus tiendas no los puede comprar ningún
trabajador cubano?", preguntó una señora a otra, mientras hacían
fila para tomar un ómnibus en una calle de la capital cubana.
La mujer agregó: "El gobierno es dueño de todo, pero a
cambio da muy poco".
"Sí", expresó la otra señora. El gobierno
habla mucho de los ricos de antes, pero ahora el único rico es él,
que tiene las vidrieras llenas de juguetes con los cuales sólo es posible
soñar".
Pero, no sólo entre los pobladores de La Habana la campaña
gubernamental contra los improvisados Reyes Magos españoles se convirtió
en un boomerang.
María, una joven madre, profesional y católica, que reside en
la Ciudad de Pinar del Río declaró al respecto: "Un gobierno
tan bienhechor y magnánimo como éste se proclama, tan poderoso,
que dice preocuparse tanto por la felicidad de los niños, debía
venderle aunque sea un juguetico al año a cada menor de edad".
La joven cuestionó: "¿En nombre de quién hablan
cuando dicen que los Reyes Magos no constituyen una tradición en Cuba?".
Por su parte, Pedro, un campesino de la zona de Herradura que es padre de
cuatro hijos, expresó su desacuerdo con informaciones divulgadas por los
medios de prensa respecto a supuestas distribuciones de juguetes efectuadas en
el país.
El hombre opinó: "Yo no sé dónde habrá sido
eso de la distribución de juguetes, tal vez en algunos lugares de La
Habana para que fuera visto por la prensa o los diplomáticos
extranjeros, o en Cárdenas, donde vive Elián González
Brotons, porque aquí en Herradura ya nadie recuerda cuándo fue la última
vez que hubo juguetes para los muchachos".
En general, la excesiva publicidad oficialista en contra de los Reyes Magos
españoles generó entre la gente común más animosidad
hacia la situación doméstica que críticas a los
funcionarios extranjeros.
Según apuntó una abuela de Consolación del Sur, "la
situación actual, donde sólo una minoría de los padres
pueden comprar juguetes a sus hijos, es tan injusta como la que pueda haber
existido antes de 1959".
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