¿Es que
en Cuba se tipifica como delito hacer periodismo?
(Testimonio de un periodista independiente arrestado recientemente por
la policía política del gobierno de Cuba)
LA HABANA, 28 de enero (Silvio Herrera Núñez, AFPCP) - A las
siete de la mañana, cuando yo regresaba del trabajo, me estaba esperando
un agente de la Seguridad del Estado, me arrestó, me condujo hacia la
unidad de la policía del municipio Marianao (Silvio Herrera vive en el de
Habana Vieja). Allí me tuvieron sentado en un banco por más de una
hora hasta que el oficial se apareció con un carro y me llevó por
las Ocho Vías hasta una casa que ellos tienen en las afueras de la
ciudad.
Es una casa metida para adentro, como decimos en Cuba, porque está
enclavada en un sitio que no pude precisar en dirección de la provincia
Pinar del Río.
Me sentaron en una sala con mucho confort donde había una mesa de
centro y cuatro butacas modernas. Se unió otro oficial al que me arrestó,
que dice llamarse Jesús, y entre los dos comenzaron el interrogatorio.
Dónde estudié, dónde trabajaba, si yo era graduado de
periodismo, fueron algunas de las preguntas que me hicieron. Yo les dije que no
era periodista graduado en la Universidad, pero que me desempeñaba como
tal y que trataba de superarme cada vez más.
Me preguntaron cuánto me pagaban. Yo les dije que nada, que recibía
una ayuda humanitaria de 20 dólares que me enviaba CubaNet y que ellos
sabían perfectamente que me ganaba la vida manejando un triciclo
(bicitaxi).
Después de este punto, del supuesto pago, me amenazaron con aplicarme
la Ley 88, llamada "Ley Mordaza" (legislación del Partido
Comunista por la cual un reportero independiente puede ser condenado a 20 años
de cárcel).
Me preguntaron si yo estaba seguro de lo que hacía cuando leía
por teléfono o pasaba por fax las noticias o crónicas para que
CubaNet las publicara, y yo les dije que sí, que estaba amparado por la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de la cual mi país,
Cuba, es signataria desde 1948.
Fue entonces cuando me precisaron insistentemente que en el país, en
Cuba, hay leyes internas que, según ellos, no tienen nada que ver la
declaración Universal. "Cada país tiene sus leyes internas",
me dijo uno de estos oficiales de la Seguridad del Estado.
Después de expresar ese planteamiento trataron de argumentarlo
diciendo que en Estados Unidos por ley le impedían a los estadounidenses
que visitaran Cuba, y que si éstos desobedecían esa ley los
castigaban.
Me amenazaron con que si yo había entrado en el periodismo
independiente para después tratar de salir del país vía
programa de refugiados, ellos, la Seguridad del Estado no me daría el
permiso de salida o sea la llamada "tarjeta blanca", que supuestamente
es competencia de la Dirección de Emigración.
Por mi parte, yo les contesté que si algún día me decidía
a irme del país es porque ese derecho me asiste por norma internacional y
que si ese día llegaba y la policía política me impide
realizar mi voluntad yo, de todas maneras, seguiría escribiendo y
publicando mis artículos por CubaNet, y por cuanto lugar me permitan
hacerlo, así que de cualquier modo me tendrían que tragar o
tenerme como una espina atravesada a la que no se puede tragar.
Insistieron mucho en que CubaNet nos paga y que a su vez CubaNet recibe
dinero de la CIA. Yo les riposté que eso es incierto, que sólo
recibo una ayuda humanitaria y que no me importa de dónde CubaNet obtiene
el dinero. Es un alivio, pero en ningún caso es un pago, es simplemente
una pequeña y bien recibida contribución, les dije.
Hasta las dos y cuarto de la tarde estuvimos en estas discusiones. Me
invitaron a tomar café y almorzar, con cierta amabilidad, pero yo les
dije que no tenía que almorzar con ellos, que yo sólo ingería
los alimentos de mi casa, los mismos que come mi familia, y que si ellos me iban
a meter en prisión entonces comería la del penal.
A esa hora me abrieron la puerta, y sin más explicaciones me dijeron:
"Te puedes ir".
El lugar donde me tuvieron es una casa rodeada de un muro de concreto altísimo
en el cual hay una puerta de hierro cerrada por dentro con un candado. Tuve que
caminar por un terraplén estrecho hasta la carretera.
No pude precisar la dirección de esta casa, radica en un lugar
intrincado, no se ve desde el terraplén porque el muro, de color blanco,
lo impide.
Una vez en las Ocho Vías tuve que coger un camión hasta el
municipio La Lisa, después una ruta 222 hasta el Parque El Curita, desde
donde caminé hasta mi casa en la Habana Vieja.
No me maltrataron físicamente, pero de hecho es un maltrato que me
arresten por escribir artículos de opinión y noticias. ¿O es
que en Cuba se tipifica como delito hacer periodismo?
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