Una forma
particular de "escapar" de la desesperanza
Milagros Beatón, APLO
SANTIAGO DE CUBA, enero - La difícil situación que afrontan
los habitantes de esta Isla causa el deterioro de la familia, cuyas principales
expresiones son la pobreza espiritual de los individuos y el tremendo índice
de alcoholismo existente en la sociedad cubana.
Respecto a este último punto, durante los últimos años
en las provincias orientales del país es evidente cómo jóvenes
y adultos se inclinan cada vez con más frecuencia a la ingestión
de bebidas alcohólicas.
Las autoridades, el gobierno, tienen responsabilidad en lo que a ese fenómeno
respecta. En primer lugar, porque sus planes económicos no han sido
capaces de resolver siquiera las necesidades básicas de la población,
lo que crea un clima de desesperanza, un síndrome de que no hay otra
forma de vivir que ésta. Y en segundo término, porque se ofertan
constante y abundantemente rones y aguardientes (lo que no sucede, por citar un
par de ejemplos, con la malanga o el maíz) estimulando el consumo de ese
tipo de bebida en actividades programadas por el propio Estado, incluso sin
motivos que justifiquen dichos festejos.
El cubano de hoy, en su generalidad, es un ser frustrado. Han transcurrido
ya más de 42 años sin que vea, palpe o perciba de cualquier modo
la materialización de aspiraciones tan elementales como alimentarse,
vestirse, calzarse, tener una vivienda confortable y un trabajo que le garantice
la satisfacción de esas básicas necesidades humanas, así
como una manera sana de distracción.
Por la postura que mantiene el gobierno del Partido Comunista de no acceder
al cambio del sistema político-económico que instauró en
Cuba, las esperanzas del pueblo en cuanto a mejorar la calidad de vida son casi
nulas. De ahí que compatriotas se agobien no sólo por sus propios
sufrimientos, sino por los de sus familias y conciudadanos en general.
Ante este estado deplorable de vida la gente busca la manera de atenuar el
sufrimiento. La fuga (el "escape", como se dice por acá), la
evasión del problema consiste en ingerir alcohol desmedidamente hasta que
se pierde totalmente el contacto con la realidad. En este punto, precisamente,
se deteriora la personalidad humana y comienza a deteriorarse la familia... y la
sociedad.
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