"¡Clemencia,
no fusilen a mi hijo!"
Juan Téllez Rodríguez
LAS TUNAS, enero - Lidia Suárez Alberteire vive en la calle Paco
Cabrera #160-A, en Vázquez, un poblado de la provincia Las Tunas. Ella
explica, con visible dolor, que espera la muerte de su hijo.
Gualfrido Avila, de 27 años, es el hijo de Lidia Suárez. Está
preso en El Típico, una cárcel situada en esta provincia, porque
el 23 de junio del 2000 mató en su propia casa a la señora Tamara
Domínguez. Además, la policía encontró en la fosa de
esa casa los restos de Idalmis, una mujer que hace cinco años la habían
dado por desaparecida y que Avila también asesinó.
La señora Suárez, luego de un prolongado silencio, expresó:
"Por la gravedad de lo que hizo mi hijo seguro que el día del juicio
le aplican la pena de muerte. Pero, como madre, no quiero que lo fusilen. Que le
echen los años que quieran, pero que no lo maten. Eso es lo que le pido a
Dios todos los días".
La señora Suárez señaló que su hijo hace más
de seis meses que está preso, pero lo significativo del asunto es que en
este tiempo no ha podido hablar con un abogado para que la asesore legalmente.
"Aquí, en Cuba, esto de los abogados defensores es muy difícil
porque todos son iguales. Lo que dice uno en un juicio es lo que dicen los
otros. O sea que, en realidad, no hay defensa efectiva para el acusado",
argumenta la mujer.
"Hice contacto en La Habana con la Comisión Nacional de Derechos
Humanos que preside el señor Elizardo Sánchez Santa Cruz para ver
si me puede facilitar un abogado que defienda debidamente a mi hijo".
La mujer solicita con voz entrecortada: "Le pido a todas las personas
de buena voluntad en Cuba y en el mundo, así como a todas las
organizaciones defensoras del derecho a la vida, que soliciten clemencia al
gobierno cubano para que mi hijo no sea fusilado. El es un impedido físico,
perdió una pierna en un accidente laboral que ocurrió en el
central azucarero Antonio Guiteras en 1993".
"¡Por favor, por Dios, que mi hijo no sea pasado por las armas!",
concluyó en medio del llanto la señora Suárez.
La pena de muerte ha sido derogada en más de 50 países. En
Cuba se aplica frecuentemente la pena capital.
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