Falsa imagen
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, enero - Afanado en una tediosa cruzada de marcados fines
ideológicos, el gobierno cubano se ufana de poseer un ejemplar único
de individuo.
Las más altas figuras de grupo gobernante no cesan de referirse a las
supuestas cualidades que, según ellos, adornan al hombre que ellos han
modelado durante más de cuatro décadas.
De ser ciertas tales aseveraciones, y junto con la lealtad política
conformar el binomio característico de la mayoría de la población
cubana, este país pudiera ser lo que muy pocos ven.
Paralelamente, no pasa un día en que el pueblo cubano sufra el
maltrato ya sea en un hospital, durante alguna gestión oficial o en los
comercios del Estado.
No son pocos los que fruncen el ceño cuando en los medios de prensa,
controlados todos por el Partido Comunista, se narran anécdotas de las
actitudes heroicas del personal médico cubano en otros países y,
aquí, en su propio país, reciben maltratos mientras por doquier se
oye la consigna "La Salud; derecho del pueblo".
Si hay miles de galenos dispuestos a viajar fuera de Cuba, en lo que aquí
llaman labor solidaria, ¿por qué zonas apartadas de nuestro país
carecen de tal servicio o el que se da es insuficiente, pésimo, por la
inestabilidad laboral del personal allí asignado?
La imagen de un país tranquilo y ordenado no está muy a tono
con los constantes incrementos masivos de agentes policiales que ha llegado a
convertir un elevado número de trabajadores en uniformados, o de repetir
varias veces al año los llamados ejercicios de vigilancia, en los cuales
involucran a los Comité de Defensa de la Revolución que en cada
cuadra controlan a los pobladores, por medio de las más modernas técnicas
de comunicación, provocando el creciente temor a la delación.
Ningún sector social como el laboral refleja la realidad nacional. El
próximo congreso obrero oficialista tiene entre sus principales temas la
problemática del delito que, al decir de un alto jerarca, "pone en
peligro la existencia de la revolución", y cuyas nefastas
consecuencias corroen hoy lo mejor de nuestros trabajadores.
Así las cosas, la imagen de un hombre nuevo sólo es posible en
la traumatizada mente de aquellos que han colaborado en la deformación
del que, aunque imperfecto, hacía avanzar a nuestro país antes de
1959.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|