La única
yegua que corre en la pista
Juan Téllez Rodríguez
LAS TUNAS, enero - Miguel Angel Rodríguez Gutiérrez, un
residente de Vázquez, poblado de la provincia Las Tunas, es uno de los
tantos cubanos que discrepa del sistema electoral cubano de partido único.
"No boto en las elecciones del Poder Popular, porque éstas son como
una sola yegua corriendo en una pista", ratifica vigorosamente.
Rodríguez recuerda que trabajó 40 años vinculado al
transporte ferroviario del central azucarero "Antonio Guiteras",
ubicado en Delicias, Puerto Padre.
"Tengo 68 años de edad. Recibo un retiro de 194 pesos
(equivalente a 9.23 dólares, al cambio vigente), que no me alcanza para
nada pues el gobierno vende en dólares estadounidenses lo que el pueblo
necesita para vivir", se queja.
El señor Rodríguez dice que pasa hambre. "¡Quién
me iba a decir que, después de haber servido a la industria azucarera
durante tantos años, mi vejez sería tan triste! ¡Me siento
desamparado!"
Rodríguez confesó que a veces piensa que lo que el gobierno
comunista de Cuba pretende es que todos los viejos se mueran. "Porque con
la cuota de la libreta de racionamiento nadie, y menos un anciano, puede vivir",
dijo.
El jubilado señaló que su casa fue construida en 1912 por una
compañía americana, que se la dio a su difunto padre. "Pero
ha pasado tanto tiempo que ya se está cayendo, se moja por todas partes,
y a pesar de ser de tablas, y estar en tan malas condiciones el gobierno me la
quitó, y ahora tengo que pagar una deuda de 1,330 pesos".
Rodríguez explica que todos los meses le descuentan de su pensión
siete pesos, hasta que pague la suma en que tasaron la vivienda. "Esto es
una injusticia del gobierno comunista", expresó.
El hombre revela que parte de su familia no vota en las elecciones: "Mis
tres hermanos y yo no votamos en las elecciones del llamado Poder Popular ni
somos miembros del Comité de Defensa de la Revolución".
El 5 de septiembre de 2000 murió la madre de Rodríguez. "Sólo
pude conseguir un tractor con una pequeña carreta, para que mis
familiares y amigos pudieran trasladarse hasta el cementerio a sepultar los
restos de mi mamá".
Rodríguez añade: "Todo esto se dice, y los que están
ciegos y sordos en el extranjero no lo creen, pero es así: cuando en Cuba
se muere un jefe (manera popular de referirse a los funcionarios comunistas)
sobran carros, comida para los participantes en el velorio y coronas de flores
dedicadas por otros jefes al difunto".
"Estas son algunas de las desigualdades que reinan en el país,
hasta en el último momento, hasta en la hora de la muerte. Por estas
desigualdades, no votamos en las elecciones comunistas", concluyó el
entrevistado.
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