CUBANET .INDEPENDIENTE

23 de enero, 2001


Baile, mestizaje y modernidad en Cuba

Lucas Garve, CPI

LA HABANA, enero - Sin lugar a dudas existen detalles que revelan una fuerte relación entre el baile, el mestizaje y la entrada en Cuba de la modernidad.

A finales del siglo XVIII Don Francisco de Arango y Parreño promovió las medidas y gestiones apropiadas para, unido a otros prohombres de la época, hacer de la Isla de Cuba la azucarera del mundo.

De esta forma, Cuba entró al mercado internacional donde la feroz competencia durante el siglo XIX obligó cada vez más a talar bosques vírgenes para convertir la madera en combustible, obtener terrenos para la siembra de más caña de azúcar y para importar esclavos de Africa. Además de obligar a la élite cubana a importar la más avanzada tecnología -mucho antes también del surgimiento de la palabrita- y establecer un intercambio financiero con intereses estadounidenses que más tarde moldearían en buena medida la Historia de la nación.

La élite cubana -la sacarocracia- sostenida por el "oro dulce" de sus azúcares pudieron entonces adelantarse a la de la Metrópoli que la desdeñaba. Así, importaron no sólo máquinas y ferrocarriles, sino que también adquirieron un refinamiento sorprendente que los llevó a disfrutar del lujo de sus mansiones y palacios unido al confort. No fue gratuita pues la instalación del primer inodoro del mundo hispánico en La Habana.

Mas mucho contribuyeron a la introducción en Cuba de las más variadas tecnologías de la época las redes de navegación establecidas después de 1817 con los puertos de Baltimore, New York, Boston, New Orleans, Cayo Hueso y Tampa. La modernidad se instaló en Cuba gracias a este complejísimo proceso.

En tanto el oro salía de las arcas para pagar los gastos, la falta de brazos incrementaba la trata de esclavos. En La Habana de 1830 vivían 112 mil 23 habitantes, de los que 47 mil 402 eran negros y mestizos; unos esclavos, otros libres, según un apunte de Eugene Ney -un francés que pasó por la ciudad y del que Luciano Pérez de Acevedo tomó la información brindada en su libro "La Habana en el siglo XIX", descrita por viajeros extranjeros, editada en 1919 por Cuba Contemporánea.

Proceso que adquirió mayor fuerza, pues once años más tarde, según el censo de 1841, se llegó a la cifra de 74 mil 956 negros y mestizos para una población blanca de 60 mil 784 en La Habana -intra y extramuros- sin contar con las villas de Regla, Casa Blanca, El Horcón (detrás de la zona de la Loma de Atarés, junto al Manglar) y el Cerro, considerados suburbios en aquel entonces.

Negros y mestizos, quienes para subsistir hicieron suya una economía de servicios cuya demanda aumentaba a la medida de las riquezas de las élites azucareras.

Peineteros, ebanistas, cocheros, sastres, dentistas, maestros, músicos y otros, fueron oficios propios de mulatos y negros libertos.

Hubo mulatos y negros propietarios de esclavos y de pequeñas fincas, incluso hasta casa-tenientes.

Es necesario recorrer este camino para darse cuenta cuánta trama hubo de tejerse para que el primero de enero de 1879, según la investigadora Lapique Recali, estrenara en un salón de baile matancero el mulato Miguel Failde su danzón Alturas de Simpson.

Hecho no sólo de importancia musical por sí mismo, sino de relevancia cultural en el sentido más amplio. Quizás sin darse cuenta, el Sr. Failde, al frente de su popular orquesta de baile, se anotó, de golpe y porrazo, como fuente de lo que hoy se conoce como la salsa y se escucha y se baila en casi todas las latitudes.

Con el danzón, Failde empujó la música cubana hacia el siglo XX. Echó a la basura del olvido las posibilidades de las mazurcas, polkas, contradanzas que reinaban mientras tanto en los salones cubanos.

Desde ese entonces, se bailó en pareja -como se dijo después "para el humano divertir"- y más cerca, aunque aún a prudente distancia, pero eso sí, se obtuvo que los danzantes al mirarse a los ojos pudieran decirse lo que era imposible en los cuadros de la contradanza de importación francesa.

Con la aceptación del danzón en sociedad, el mestizaje fue aceptado por una élite que necesitaba de "cartas de limpieza de sangre" para atestiguar su pureza.

Danzón, exotismo y refinamiento al calor de la mezcla de razas en Cuba, establecieron las coordenadas por las que en el pasado siglo XX correría buena parte del destino del país.


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.

[ TITULARES ] [ CENTRO ]

In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Busque en Noticias de Enero

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
...Prensa Independiente
...Prensa Internacional
...Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
...Inglés
...Alemán
...Francés

SOCIEDAD CIVIL
...Introducción
...Cooperativas Agrícolas
...Movimiento Sindical
...Bibliotecas
...MLC
...Fraternidad de Ciegos
...Seguidores de Cristo
...Estudios Sociales
...Ayuno

DEL LECTOR
...Cartas
...Debate
...Opinión

BUSQUEDAS
...Archivos
...Búsquedas
...Documentos
...Enlaces

CULTURA
...Artes Plásticas
...Fotos de Cuba
...Anillas de Tabaco

CUBANET
...Semanario
...Quiénes Somos
...Informe 1998
...Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887