Telefonía
pública: un poco de humor, otro de sospechas
Manuel David Orrio, CPI
LA HABANA, enero - Afirman degenerados humoristas del país que las
siglas ETECSA, por las cuales se identifica a la Empresa de Telecomunicaciones
de Cuba S.A., son además un recurso descriptivo del estado actual de los
servicios nacionales de telefonía, organizados como un monopolio de
propiedad estatal en asociación con capitales extranjeros. Según
los chistosos, ETECSA es una clave cuyo significado es "Estamos Tratando de
Establecer Comunicación Sin Apuro".
A poco más de seis años de existencia de la mayor empresa
mixta de Cuba, los datos oficiales disponibles (1999) informan una densidad
telefónica de alrededor de cuatro líneas por centenar de
habitantes, lo cual hace de la Isla una de las naciones peor comunicadas del
continente.
No es raro escuchar en La Habana a quien afirma que el país de un médico
por cada 168 cubanos, anda por detrás de Haití en materia telefónica,
aún cuando se reconozca que la creación de ETECSA, al menos, ha
servido de paliativo para hacer menos crítica la situación.
Al filo de 1999, según datos a la mano, la densidad de teléfonos
privados de carácter residencial era aún menor: podía
estimarse en poco menos de 2,4 líneas por cada cien personas. Si bien es
cierto que la misma se ha incrementado, nada en esencia ha cambiado, ni parece
que va a cambiar. Para el 2004, se aspira a una densidad telefónica de
unas 9 líneas por centenar de habitantes, lo que situará a Cuba
muy por detrás de lo hoy operado en país como Rusia.
Tal déficit, sobre todo en lo concerniente a los teléfonos
privados, provoca una sobredemanda de las cabinas telefónicas públicas.
Su operación, no obstante los más recientes avances, hace que las
mismas estén en la picota de la opinión popular las 24 horas del día,
los siete días de la semana, más porque las carencias de este
servicio se perciben más asociadas a deficiencias de gestión, que
a limitaciones materiales hijas del llamado período especial.
Cualquier habanero puede testificar hasta diez intentos infructuosos de
establecer comunicación a través de la telefonía pública,
tras pasar por igual número de cabinas fuera de servicio, muchas de ellas
sólo porque su mantenimiento técnico-económico -lo cual
incluye recolectar su recaudación- no se realizó en el tiempo
previsto.
Otro chiste famoso: un espiritista invoca a un ser del más allá.
La comunicación se frustra, mientras una operadora del servicio telefónico
informa: "el muerto que usted solicita no está asignado a ningún
abonado".
Nada mejor que burlas cubanas para salir a la caza de pistas sospechosas.
Una de ellas se refiere al número real de teléfonos públicos,
instalados tras seis años de existencia de ETECSA. De acuerdo con Rafael
Marrero, su presidente, la densidad de la telefonía pública ascendía
alrededor de cuatro equipos por mil habitantes a la altura del 22 de junio del
2000, lo cual significaría más o menos un total de 45 mil de
aquellos.
Pero el diario oficioso Granma del 16 de enero informó que al cierre
del 2000 la Isla disponía de sólo 14 mil 616 teléfonos públicos.
O sea, una "insignificante" diferencia de unos 30 mil equipos.
Las flagrantes y conocidas contradicciones de las estadísticas
oficiales de Cuba, parecen haber llegado a los predios de ETECSA. Quizás,
por ello, una población suspicaz le está dedicando un poco de su
característico humor. No se olvide: estamos tratando de establecer
comunicación... sin apuro.
Fuentes complementarias: Boletín informativo En Línea, edición
2, año 2000, pag.16. Grupos humorísticos, en funciones teatrales
habaneras.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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