Lo que el
velo no puede ocultar
Milagros Beatón, APLO
SANTIAGO DE CUBA, enero - En un viaje de muchos kilómetros a lo largo
de la Isla pude ver con mayor nitidez la pobreza en que han sumido a las tierras
cubanas.
Mientras transitaba recientemente en tren o por las carreteras, mis ojos
aferrados al paisaje cubano captaron imágenes significativas del escaso
fruto de la tierra. Esta realidad se ofrece sin velo y alerta sobre el abandono
de los medios materiales y de la incorrecta explotación de los suelos agrícolas
del país.
La tierra es uno de los recursos más importantes que la naturaleza
brinda al hombre. En él nacen y se desarrollan las plantas silvestres y
las que el hombre cultiva para alimentarse a sí mismo y a otros animales.
Pero en este recorrido se me grabó en la memoria una escena con escasa
vegetación silvestre, donde predomina el marabú, la hierba seca,
desnutridas plantaciones, escasos animales y hombres cansados, en cuyos rostros
portaban la miseria.
En Cuba se ha perdido el amor y el respeto por la vida y por el medio
ambiente. Los suelos cubanos también son víctima de un sistema político-económico
desprovisto de una estructura coherente, sólida, capaz de conservar ese
recurso natural.
El velo de la propaganda política y de la prensa dependiente del
Partido Comunista no puede ocultar esta realidad.
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