Ellos
vinieron también de España
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, enero - Cuenta Lucien Biart en su libro "A través de
la América, historias y relatos", aparecido en París en 1863,
acerca del susto que se llevó durante su estancia en La Habana al
confundir la medianoche del Día de Reyes -día de festejos de los
esclavos, libres por 24 horas- con una rebelión como la ocurrida en Haití.
Lo cierto es que el Día de Reyes comenzó por ser el día
de fiesta -sus únicas vacaciones- concedido por costumbre de los amos a
sus esclavos, quienes se divertían y bailaban hasta el otro día. ¡Era
el carnaval de los negros!
Esa costumbre vino de España como tantas otras. Con el tiempo fueron
transformándose, se convirtieron en tradición. Si entendemos como
tal la transmisión de doctrinas, de leyendas, de costumbres en uso
durante un largo período y al conjunto de las mismas.
El Día de Reyes se convirtió luego en costumbre de regalar a
los niños de la casa juguetes y golosinas, pero eso fue mucho más
tarde, durante la República. Luego apareció la tradición
-por qué no decirlo, importada- del arbolito y Santa Claus (el Santi Cló).
Es que Cuba es un país de inmigrantes, de colonizadores o como quieran
llamarles, pero el asunto es que aquí -todos lo sabemos- no hay una
tradición aborigen. Pues, vamos a ver, ¿de dónde salió
el socialismo?
En cuanto a la llegada de los Reyes Magos, los días varían según
el país. Por ejemplo, en Francia el 25 de diciembre es la fiesta del Pére
Noël, en los Países Bajos el 5 de diciembre es San Nicolás.
En Grecia, por su parte, es el 31 de diciembre cuando celebran San Vasilis. En
tanto que en España los Reyes Magos arriban el 6 de enero cargados de
regalos. De aquí es de donde nos vino la tradición, fiesta
religiosa entonces.
Actividad celebrada en Cuba, como muchas otras, hasta finales de los sesenta
y tantos. También se abolió el Día de Reyes.
Recuerdo las ventas de juguetes por tarjeta de racionamiento: uno básico
y dos adicionales. Los juguetes venían de China y de la extinta URSS
(Q.E.P.D).
Luego las ventas de los juguetes por la tarjeta desaparecieron. Se acabaron
los Reyes Magos. Sin embargo, siempre hubo quienes se las agenciaron para
conseguir algunos regalos para sus hijos.
Es ciertamente así como se traza el trayecto a saltos del Día
de Reyes, que este año 2001 adquirió repercusión cuando
funcionarios de la Embajada Española en La Habana se atrevieron a sacar a
la calle a Los Tres Reyes Magos: Gaspar, Melchor y Baltazar en coches de caballo
de la compañía de transporte turístico San Cristóbal
de La Habana Vieja, en un recorrido que abarcó el paseo del Prado hasta
la sede del Centro Cultural Español en el Malecón.
Un reportaje del NteVé los vio, y el recorrido fue objeto de la
atención hipercrítica de la emisión. Una tribuna abierta en
mesa redonda televisada enjuició a los que promovieron el recorrido y la
actividad posterior (los tribunales inquisidores también vinieron de España)
y ya hay quien dice por acá que ofrecer regalos a los niños el día
6 de enero no es parte de "nuestras tradiciones".
Condenada ha sido, sea por significar una fiesta religiosa o por "tradición
imperialista" añadida.
La cuestión es que el recorrido de los Reyes Magos en La Habana cayó
mal. Además, éstos también vinieron de España.
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