Ferias para
unos y para otros no
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, enero - Acomodadas a los intereses oficiales, Cuba ve
renacer las ferias. Las hay de turismo, del transporte, del libro, de
medicamentos, del tabaco e incluso de envases y embalajes. De más está
decir que todas estas y otras más que no mencionamos, están
vedadas para los nacionales ya sea por la prohibición de asistir incluso
como espectadores o por el abismo que separa a los cubanos: los con dólares
y los sin ellos.
Pero en realidad las ferias a que nos referiremos son las tan de moda ferias
agropecuarias, variante gubernamental que trata de aparentar la abundancia que
hace años no existe en las mesas de las familias cubanas.
El calificativo dado a esos sitios de "mercado en días señalados"
pudiera confundir a quienes desde el exterior conocen de su realización
en el país. El encanto de un lugar con mostradores, tarimas y carpas
multicolores donde se vende, se regatean precios y pesos, quedó en el
olvido.
El panorama de hoy es muy diferente. Areas escogidas, ya sean plazas o
calles, se convierten literalmente en un terreno donde ansiosos hombres y
mujeres se disputan la primacía por comprar a precios elevados las magras
ofertas, que no se exhiben en anaqueles o mostradores, sino que se venden desde
los laterales de los camiones que transportan los productos, sin darle
oportunidad al comprador de que seleccione la mercancía ni compruebe su
precio o peso.
En la ciudad de Pinar del Río, a finales del 2000, se efectuó
una de estas ferias y el espectáculo fue realmente deprimente. Cientos de
personas se movían tropelosamente tras el último carro que llegaba
al lugar, en espera de que portara productos de mejor calidad y a precios
razonables.
Un camión que ofertaba, según dijeron, "carne vacuna
molida" y "embutidos", fue asediado de tal manera que dos
custodios armados, con bastones y spray de gases cegadores, a duras penas
lograban contener a los cientos de individuos que trataban de comprar esas
mercancías.
Uno de los tantos observadores de la trifulca señaló la
semejanza entre el comportamiento de los allí presentes y el de los
africanos o asiáticos cuando se disputan violentamente lo que se les
ofrece en las operaciones de ayuda humanitaria.
Qué diferente lo ocurrido aquí a lo que sucede en las ferias
destinadas a los extranjeros, una de las cuales se construyó
recientemente en esta ciudad, donde el surtido y la presentación de los
productos es de una calidad jamás ofertada a la población. En los
sitios para turistas foráneos se vende lo que ni siquiera en sueños
pueden tener los nacionales en ocasiones como la de Navidad o fin de año.
Si esta ciudad cuenta con más de cien mercados agropecuarios,
generalmente desabastecidos, qué oscura intención persiguen
quienes fomentan estas llamadas ferias, que debían ser un complemento no
sólo en lo comercial , sino también en el rescate de la
idiosincracia del cubano.
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