Jóvenes
sin futuro ni esperanzas
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, febrero - El empobrecimiento espiritual de los adolescentes y
jóvenes cubanos se refleja cada día más en su
comportamiento social.
Muchos de nuestros compatriotas más jóvenes tienen en su haber
bajo rendimiento escolar y entre sus preocupaciones principales está el
qué sacaron a la venta en tal o mas cual tienda dolarizada y se conocen
de memoria el precio de los productos que allí se ofertan, principalmente
el de los blue jeans, camisetas, perfumes, relojes y otras prendas de su interés.
Por norma general, jamás visitan un cine o leen un libro. Tampoco se
evidencia en ellos el interés por los museos. Su principal pasatiempo es
ir de espectadores a las tiendas recaudadoras de divisas (TRD) y, de paso, ver
si por esos lugares se les "pega algún dinero fácil"
para satisfacer las necesidades primarias que sus padres no pueden asumir dado
que cobran sus salarios en pesos.
Consultados algunos de estos jóvenes en la Ciudad de Pinar del Río,
han manifestado coincidentemente que se sienten frustrados y sin esperanzas de
que haya cambios favorables en sus vidas.
Sus entretenimientos por lo general son poco positivos y siempre el dinero
es el resorte que los mueve. Por ejemplo; frecuentan las tan de moda ahora
peleas de perros, donde esperan obtener considerables ganancias por medio de las
apuestas, o venden mercancías en el mercado ilegal. Otra manera, al decir
de ellos, de "relajarse" o "despejar" es ingerir bebidas
alcohólicas.
La generalidad de los jóvenes cubanos ha perdido el interés
por el estudio, en país donde un mesero de un hotel para turistas gana
decenas de veces más que un profesional, tan sólo en propinas.
Con frecuencia los padres se quejan de que sus hijos le han reprochado: "Y
a ti de qué te valió estudiar si no tienes nada que valga la pena".
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