La corrupción
avanza en el ramo de la gastronomía telefónicas
LA HABANA, 13 de febrero (María de los Angeles González Amaro,
UPECI) - La dirección de la Empresa Municipal de Gastronomía de
Arroyo Naranjo, en Ciudad de La Habana, utiliza diferentes medios para alterar
los precios de los alimentos y desviarlos hacia el mercado ilegal.
Fuentes vinculadas a dicha empresa revelaron que los alimentos no son
entregados a los establecimientos encargados de procesarlos, pero en los
controles económicos sí aparece como si se hubiera hecho la
entrega de los mismos.
El asunto es que los productos se desvían hacia el mercado negro,
donde se venden a un mayor precio que el establecido, luego se deposita el
dinero en las unidades que supuestamente los recibieron y vendieron, y la
diferencia es ganancia para los funcionarios a cargo de estas transacciones
fraudulentas.
Sonia García, ex-administradora de La Dichosa (un comercio ubicado en
la calzada de Bejucal, en el barrio Los Castellanos, del municipio Arroyo
Naranjo) explica que se retiró por miedo a las presiones que recibía
de la dirección de la Empresa de Gastronomía.
"En un inicio se ocultaban unos cuantos productos, después el número
fue creciendo y no tenía que vender en la unidad mientras que las
recepciones de mercancías aumentaban", recuerda la fuente.
García precisa que los productos cárnicos, el arroz y el
pescado son los alimentos más codiciados por los funcionarios de
Gastronomía para comercializarlos ilegalmente a fin de obtener ganancias.
Además, la UPECI pudo comprobar que la generalidad de los
administradores de las unidades vinculadas al sector de la Gastronomía
introducen en dichos establecimientos para la venta productos elaborados por
particulares, tales como cigarrillos, bebidas y dulces, entre otros.
Por su parte, los inspectores se hacen los de la vista gorda con este fenómeno
porque son silenciados a base de sobornos.
El desvío de mercancías es lo que posibilita, por ejemplo, que
en el mercado agropecuario, donde se supone que se venda arroz de producción
nacional, se pueda adquirir arroz importado, que es de mejor calidad.
De igual manera, los vendedores de pizzas particulares usan la harina de
trigo que se desvía de las panaderías, lo que explica por qué
el pan de la cuota casi nunca llega a los 80 gramos establecidos.
Sin embargo, el Ministerio de Comercio Interior celebró recientemente
un evento donde se elogió la labor de los gastronómicos, lo que
hace presumir que la corrupción se extiende a las más altas
esferas de ese ramo.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
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