Teatres de la Generalitat presentó como coproducciones la
realización de dos espectáculos que el Síndic de Comptes
considera, tras analizar las cuentas, contratos artísticos en concepto de
pago por representación. El informe revela que «El lago de los
cisnes» costó 206 millones y Teatres corrió a cargo de los
gastos de la gira. En el caso de «Facing Goya» sufragó dos
terceras partes del coste de seis funciones.
D. P., Valencia. Levante.
España, diciembre 29, 2001.
La producción del espectáculo El lago de los cisnes, realizado
por Teatres de la Generalitat y el Ballet Nacional de Cuba, tuvo un coste
superior a los doscientos millones de pesetas, según el informe del Síndic
de Comptes. La obra, estrenada en el Principal a finales de 2000, ofrecía
una versión del clásico -con vestuario innovador- a cargo de
Alicia Alonso. Sin embargo, pese a que el ballet se presentó como una
coproducción entre Teatres y la compañía cubana, la
Sindicatura concluye, tras analizar las cuentas, que se trata, más bien,
de un contrato artístico.
El Síndic asegura que «una lectura del contrato no permite
determinar con claridad la naturaleza jurídica de la relación
entre ambas partes». Las conclusiones del análisis van más
allá a la hora de incidir en las condiciones exactas de la implicación
en la realización del espectáculo: «Nos encontramos ante un
auténtico contrato artístico en el que Teatres paga un precio por
unas actuaciones concretas, al cual se vincula un contrato de suministros por el
diseño y confección del vestuario».
La fiscalización a Teatres presenta varias observaciones al contrato
por el que, en principio, la entidad tenía que aportar 48 millones. El Síndic
indica que, además de esta suma para sufragar el vestuario -a cargo de
Francis Montesinos-, se comprometía a financiar la gira. El acuerdo para
la producción de El Lago de los cisnes dejaba en manos de Teatres el pago
del trasporte y el hospedaje de la compañía en las ciudades a las
que se desplazara. Entre otras, el espectáculo se ha representado en
Madrid y Perelada. El informe alega, sin embargo, que «el importe de los
gastos no figura presupuestado en el contrato». La relación entre el
Ballet de Cuba y la Generalitat se inició un año antes, cuando la
compañía entregó una medalla a la subsecretaria de Promoción,
Consuelo Ciscar.
Junto a estas observaciones, el Síndic hace hincapié en que la
compañía «no presenta facturas para el cobro de sus
honorarios, sino un recibo». La Sindicatura también ha detectado
que, en algunos casos, la propuesta y autorización del gasto es posterior
a la firma del contrato y ello impide «comprobar la correcta imputación
contable».
La circunstancia detectada en El lago de los cisnes no es una excepción
en los cinco documentos escogidos por el Síndic para estudiar
detalladamente. El informe sostiene que el contrato del espectáculo
Facing Goya, de Michael Nyman, también debería calificarse de artístico
y no de coproducción. De acuerdo con las condiciones del proyecto,
Teatres se comprometía a aportar 40 de los 65 millones que costaba la
producción. El Síndic apunta, no obstante, que la lectura del
contrato «no permite confirmar la calificación de contrato de
coproducción que las partes le otorgan». En su opinión, la
entidad «no asume funciones propias de realización del espectáculo»
sino que se limita «a pagar una suma de dinero a la empresa que realiza el
espectáculo».
Como en el caso anterior, la autoridad fiscalizadora tampoco puede extraer
una conclusión clara sobre la naturaleza jurídica de la relación
entre Teatres y la empresa contratista. El informe concluye que la aportación
de la entidad pública podría clasificarse, en todo caso, de «subvención»
o «pago por un servicio de naturaleza artística». Aunque en
alguna de las cláusulas se habla de ayuda, el Síndic hace
referencia a la posibilidad de un contrato artístico, atendiendo a que
existe el compromiso de realizar seis representaciones y se cuantifica el precio
de cada una de las representaciones.
45 millones para el Encuentro de las Artes
D. P., Valencia
Teatres de la Generalitat y el Instituto Valenciano de Cinematografía
(IVAC) aportaron unos 45 millones de pesetas para la realización del
Encuentro Mundial de las Artes organizado por la Conselleria de Cultura durante
tres días de octubre de 2000. Los congresos reunieron a 200 expertos en
cine, teatro, danza, arquitectura, artes plásticas o música.
Al parecer, la división temática también se ha
reflejado en la distribución del gasto de organización, que se
desconoce en su importe global. El informe de la Sindicatura de Comptes muestra
que Teatres tuvo que desembolsar 32 millones de pesetas y, buena parte de ellos,
no estaban vinculados al área que trata. Así, el organismo público
corrió a cargo de los cerca de 17 millones de pesetas por «dietas y
locomoción». Según el informe, una sola agencia de viajes ha
facturado, «cuando menos», esta cantidad sin que figuren expediente de
contratación ni presupuestos alternativos.
Asimismo, Teatres pagó los 19,2 millones de pesetas por la publicidad
del Encuentro de las Artes, básicamente a un solo proveedor del que no
consta expediente de contratación.
La partida más curiosa es la de «un coffee-break» en el
Palacio de Congresos de Valencia que salió por 2,4 millones de pesetas y
del que tampoco existe expediente de contratación. Teatres pagó
también más de dos millones de pesetas por los trabajos de
traducción simultánea del encuentro, en un contrato fraccionado. A
ello se suman dos millones pagados por Teatres a un profesional para coordinar
la sección de teatro del encuentro y dos más del IVAC para las
mismas tareas en el área de cine.
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