Aplausos de
libertad
Amarilis Cortina Rey, Cuba-Verdad
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Esta es una historia que todos los
cubanos conocemos muy bien, pero que de vez en cuando es bueno recordar: en
enero de 1959 la mayoría del pueblo cubano se esperanzó con
promesas de mayor libertad, de justicia social. Sin embargo, el nuevo gobierno
implantó una política atea, extraña a nuestras tradiciones,
y la población dejó hacer... se alejó de Dios.
Las plazas se llenaron de consignas y en ellas abundaban los discursos políticos,
que la gente aplaudía sin averiguar cuáles eran sus mensajes. Por
su parte, iglesias y templos seguían erguidos para unos pocos cuyas
creencias los ayudarían a soportar mejor las décadas de represión
que se acercaban.
La mayoría de los cubanos descolgaron las imágenes de
Jesucristo, de la Virgen de la Caridad del Cobre, de Santa Bárbara, de
San Lázaro, de la Virgen de Regla... y las sustituyeron por fotografías
de los líderes de la Revolución. Comenzó la adoración
de los mortales, comenzó la era sin fe que causó la desaparición,
por decreto gubernamental, de tradiciones como la Navidad, Nochebuena, Reyes
Magos...
Las pugnas políticas y religiosas separaron a la mayoría de
las familias cubanas. La imagen encantadora del régimen revolucionario
fue devorando la nacionalidad cubana.
Hoy, a décadas de aquel comienzo, después de años de
sufrimientos incontables, la fe comienza a ganar espacio entre los que vieron
traicionadas sus ansias de libertad, de justicia social. Ahora ellos piden perdón,
llenan las iglesias, los templos, y esperan con esperanza un mañana
mejor.
Hace tres años que el gobierno de Fidel Castro, que lo controla todo
en Cuba desde 1959, viene decretando el 25 de diciembre como día feriado,
restaurando parcialmente lo que él había abolido con anterioridad.
Incluso, en las tiendas dolarizadas del Estado se venden los artículos
con que se adornan las casas en la época de Navidad, menos Santa Claus,
ese barbudo milagroso que llena de regalos a los niños y que al parecer
tiene también la virtud de poner nerviosos a los dirigentes comunistas.
Pero en esta época del año caracterizada por el encuentro
familiar, el amor y la esperanza, muchas tristezas invaden el corazón de
la generalidad de los cubanos. Y es que hay mucha separación, mucha
ausencia, mucha muerte en Angola, en Etiopía, en el Estrecho de la
Florida... muchos deseos que jamás se materializarán, aunque, al
menos, ya muchos no se esconden para expresar su creencia.
Sí, hemos avanzado. Y la palabra perdón ya está en los
labios de los cubanos, y muchos le piden a Dios libertad y aplauden en las misas
mientras entonan cantos religiosos.
En una iglesia de la capital cubana, mientras cientos de personas el 24 de
diciembre aplaudían ininterrumpidamente después que el coro
interpretó varias canciones alegóricas a la Navidad, escuché
la siguiente exclamación: "¡Estos aplausos sí son
verdaderos, son aplausos de libertad!"
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