El fantasma
de la Navidad
Caridad Cristina Alvarez, Grupo Decoro
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Nochebuena y Navidad pasaron este año
por Cuba sin penas ni glorias. Nada destacó el arribo de tan importantes
fechas para la humanidad. Ni un villancico, ni una postal navideña. Nadie
alzó su voz desde un estrado público para significar el nacimiento
del Niño Jesús. Todo transcurrió en silencio.
Las calles estaban vacías, en penumbras. La atmósfera llena de
tristeza. Ni un cartel ni una pancarta que reflejara la alegría de la
fecha y el sentido de esperanza que encierra.
Las iglesias celebraron el evento como es la tradición. Los fieles
participaron de las festividades como es habitual. Pero faltó algo en la
calle, en los barrios, entre la gente común. ¿Dónde se ha ido
el espíritu de la Navidad?
El buen empeño de Su Santidad el Papa Juan Pablo II no fue
suficiente. El 25 de diciembre fue declarado día feriado. No se trabaja,
pero se ignora. Los medios de difusión no mencionan la Navidad. El Estado
obra como si ésta no existiera.
Es difícil que se hable de la Navidad en un lugar donde las personas
se fajan hasta con el pensamiento. Es extremadamente difícil que con
hambre y sin solución a los problemas elementales del ser humano se pueda
efectuar esta celebración. ¿Con qué comprar turrones y
golosinas? ¿Cómo adquirir un pavo o una pierna de cerdo para cenar
en familia?
La cacareada canasta familiar o cuota de alimentos que vende el Estado a las
familias cubanas no garantiza alegrías ni frivolidades. Este año
ni siquiera hubo venta de carne de cerdo en las carnicerías estatales.
La generalidad de los niños de la isla ignoran qué es celebrar
este acontecimiento. Sus corazones tampoco saben de la ansiedad, de la ilusión
de esperar a los Reyes Magos. Son niños sin niñez. Manipulados políticamente.
Llevan una pañoleta roja por yugo, no beben leche, participan en los
actos políticos llamados Tribuna Abierta, porque si no, les cierran la
vida. Están obligados a corear cuanta consigna se le ocurra a no sé
quién. Carecen de juguetes, porque los dólares que "lucha"
la familia son para comprar la botellita de aceite comestible del más
barato y el jabón de tocador de 25 centavos de dólar.
No se celebra la Navidad en la Cuba de este tiempo porque no tiene el
respaldo del Estado. Pero sí se celebran diariamente las Mesas Redondas,
sí se celebran semanalmente las Tribunas Abiertas. Cada año se
difunde, se propagandiza y se grita con entonación de fiesta el triunfo
de la guerra revolucionaria. Celebraciones beligerantes por doquier.
Cuba necesita una tregua. El pueblo anhela liberar tensiones. Llenarse de
sentimientos de nobleza. Sonreír, respirar bondad. Echar fuera tanto lodo
guerrerista. Sumergirse en el espíritu navideño. Cuba necesita
volver a nacer.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|