Defender el
picadillo
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Mi compañera tiene anemia.
La materia colorante de los glóbulos rojos de su sangre está en sólo
ocho coma dos. Y aunque muchas personas, incluyendo médicos, dicen que
esto no es una enfermedad en Cuba, la situación de ella es preocupante.
Una amiga le comentó que en algunas tiendas dolarizadas estaban
vendiendo carne de res (a nivel popular siempre se ha dicho que la carne es lo
mejor contra la anemia), por lo que fuimos a uno de esos comercios que está
ubicado en la calle Belascoaín, en el municipio cubano Centro Habana. Ya
en el área de los productos cárnicos escuchamos a una anciana que,
al ver los precios de éstos, exclamó: "¡Dios mío,
qué cosa es esto!"
Un kilogramo de picadillo cuesta seis dólares y cincuenta centavos;
el kilo de carne de segunda picada en pedacitos que se exhibían en una
bandeja, nueve dólares, cantidad que al cambio vigente equivale a 234
pesos. Muchos trabajadores cubanos no ganan mensualmente esta cifra.
Son cientos de miles los jubilados que tendrían que reunir varios
meses del importe integro de su pensión para poder comprar un solo
kilogramo de carne. Sin embargo, en los medios de prensa nacionales ahora dicen
constantemente que Argentina sufre una devastadora crisis económica. Que
irónico, que absurdo resulta en esta isla donde vivir tenía antes
la sencillez de lo natural.
Antes de 1959 era usual oír que con quince centavos de picadillo de
carne de res comía todo el mundo en la casa. Claro, ésos eran los
tiempos en que se dejaban los litros de leche en las puertas de las casas, el
pan en las ventanas, y nadie se los robaba. Era la época que ahora el
gobierno denomina de la seudo república.
El anuncio en julio de 1980 de la subida de los precios de algunos productos
entre un treinta y un ciento por ciento fue lo que dio inicio en Polonia a las
huelgas que, a la postre, terminaron con el comunismo en ese país.
En Cuba, con la deshonesta política de vender en dólares los
productos de primera necesidad, no se sabe exactamente a cuánto asciende
realmente el aumento de los precios, aunque se puede asegurar que es varios
cientos por cientos.
En Polonia el comunismo duró más de cuarenta años. En
Cuba más o menos llevamos el mismo tiempo sufriendo ese mal. Cuando los
polacos se decidieron, el comunismo terminó en su país.
Tengo un amigo, ahora residente en Estados Unidos, que decía que había
que defender el picadillo. Con esta expresión él significaba que
por los derechos, por todo lo vital e importante había que luchar para
lograrlo, para mantenerlo. Cuando nos decidamos a defender el picadillo -o a
reclamarlo- en Cuba todo cambiará definitivamente.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|