¿De qué
paga habla Luis Ortega?
Juan Carlos Linares, Cuba-Verdad
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Luis Ortega, en su artículo "La
nación que va cuajando", publicado por La Prensa de New York y luego
reproducido por The Miami Post, critica el libro "La Cuba del Dr. Castro"
de Denis Rousseau y su esposa, además de aprovechar la ocasión
para justificar el absolutismo del régimen de Fidel Castro.
Ortega expone las mismas cláusulas que utiliza la prensa oficialista
para elogiar la permanencia por casi 43 años del gobierno castrista.
También analiza la historia de manera peculiar, totalmente divorciada de
la realidad y de la ética, como si el autor del artículo hubiera
aprendido la historia de Cuba en Plutón.
Primero, es de utilidad recordarle a Ortega que en esta isla sí se
hace periodismo independiente del control del Partido Comunista y que,
precisamente, esta independencia se debe al libre pensamiento y actuación
de los integrantes de este movimiento.
También se debe aclarar que a quienes Ortega llama anexionistas
tienen tanto derecho como los nacionalistas o los comunistas como él.
En "La nación que va cuajando", Ortega ofende la honra y la
reputación de los periodistas independientes. Ahora veremos si los medios
estadounidenses en los que Ortega publicó su artículo contra
nosotros nos concede el derecho de réplica en la misma sección
donde fuimos atacados.
El procedimiento utilizado por Ortega contra los opositores del
totalitarismo y de la prensa controlada por el Partido Comunista cubano es el de
presentarlos como asalariados de la Sección de Intereses de Estados
Unidos. Pues bien, señor Ortega, lo emplazo a que presente públicamente
las pruebas que sustentan su afirmación.
Los periodistas independientes reciben una modesta ayuda humanitaria de los
medios en los que publican sus noticias y artículos o de personas y
entidades que promueven el derecho a la libre expresión y publicación
del pensamiento. Pero si les pagaran sus escritos ¿qué habría
de malo en ello? ¿O es que Ortega trabaja de gratis?
Sin embargo, Ortega omite que el régimen de Castro echa de sus
empleos a los disidentes y no los deja cursar estudios superiores. Tampoco se
refiere Ortega a la Ley 88, llamada Ley-Mordaza, por la que los periodistas
independientes o los opositores que emitan opiniones o noticias a medios de
prensa extranjeros pueden ser encerrados en prisión hasta por veinte años.
De cualquier modo, poco importa lo que diga Ortega sobre cualquier asunto.
Lo que tiene que hacer es presentarle a los lectores de La Prensa de New York y
del The Miami Post las pruebas que avalen los ataques contra los periodistas
independientes porque, de lo contrario, todos sabrán que le está
mintiendo a la opinión pública.
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