Guerra y
hechizo
Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - De que Cuba es un país
heroico, el mundo debe estar hastiado de escucharlo. No hay un discurso, un periódico,
un programa radial en que no lo repitan hasta el cansancio. Son heroicos los médicos;
los maestros heroicos; heroicos los constructores; el pueblo heroico; heroico
los niños. La heroicidad nos destila por las costas, nos rezuma por el
aire, nos transpira por la tierra. Los hexámetros de Homero son una
bicoca comparados con nuestras historias. El Cid o Roldán son niños
lactantes al lado de nuestros combatientes.
Nadie habla de médicos eminentes, de maestros sabios, de
constructores exquisitos, de pueblo honrado, de niños aplicados. Es como
si el adjetivo heroico fuera el único, o el más apropiado. La manía
de heroicidad, el afán de gesta, la fiebre de epicidad nos ha invadido de
tal forma que toda nuestra vida se torna un combate, una campaña, una
batalla, una lucha.
Luchar es cualquier cosa menos lidiar. Se ha repetido tanto la palabreja que
ya es todo y nada a la vez. Si a alguien que trabaja se le pregunta: "¿Cómo
estás?", responde: "Aquí, luchando"; si a alguien
que está estudiando: "Aquí, luchando"; si a alguien que
está en la cola: "Aquí, luchando"; si a alguien que
vende burundangas en una esquina: "Aquí, luchando". Es como una
guerra permanente. Todo el mundo es un luchador.
Por otra parte nos acogota el hechizo, el milagro, el prodigio. Como
contrapartida a la lucha constante, y sin resultados palpables. La gente no
acepta que lucha, lucha y lucha y todo es en vano. Trabajan, estudian, roban,
venden, cambalachean y permanecen en las mismas; es decir, luchando.
Y es cuando, si se les pregunta; "¿Cómo estás?",
ya viajen sudorosos, como en una caldera del infierno, en un camello, responden:
"Encantado"; ya vayan famélicos, devorando un pan con truco: "Encantado";
ya, bajo un aguacero, cubiertos por un pedazo de cartón recogido en una
esquina: "Encantado"; ya en una cola infinita para comprar el pescado
enlatado: "Encantado".
Entre la lucha y el encanto de esa guerra interminable y de ese hechizo
macabro transita este pueblo heroico donde todos somos luchadores y todos
vivimos encantados. Así, quién concluye la contienda o rompe la
magia.
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