Joaquim Ibarz. Corresponsal.
La Vanguardia - -España.
Jueves, 20 de diciembre de 2001.
MÉXICO. - El asesinato de cinco personas -entre ellas un niño
de ocho años- en una autopista cubana ha conmocionado a la comunidad isleña
de Miami, ciudad en la que residían dos de los muertos que habían
viajado a La Habana a visitar a sus familiares. El crimen masivo preocupa a los
operadores turísticos porque es el tercer caso que se produce en Cuba en
los últimos meses. La seguridad es una de las banderas más
importantes del Gobierno de La Habana para promover el turismo. El pasado mayo,
el sacerdote católico norteamericano George Zirwas murió
estrangulado en La Habana en circunstancias aún no esclarecidas. El
pasado 28 de octubre fue asesinado el diseñador de Olot, Pep Coll Serrat,
de 36 años, quien viajó a Cuba para asistir a una feria textil. Se
cree que Coll fue asesinado horas después de su llegada a La Habana por
un taxista pirata que lo trasladaba a la casa de un amigo español que
reside en la isla. Coll se habría resistido al atraco y recibió
una puñalada en el corazón. Los asesinados el pasado domingo son
Celedonio Placencia, de 60 años, y su esposa Ada Lorenzo, de 52,
residentes en Miami; la hija de ambos, Yailén, de 28; el niño
Daniel y Domingo Delgado, un chófer amigo de la familia. Los Placencia y
dos de sus tres hijos, Osmani y Yisel, abandonaron la isla durante el éxodo
de los balseros en 1994. Celedonio y Ada habían viajado el domingo a la
isla y emprendieron viaje a Santa Clara, donde vive su familia. Aunque los
medios oficiales cubanos no dieron información sobre el múltiple
homicidio, fuentes policiales lo calificaron como "un crimen serio".
Familiares de Miami señalaron que los asaltantes interceptaron a los
viajeros y "salvajemente abrieron fuego contra ellos" tras un intento
de robo en la autopista conocida como Ocho Vías, cerca de Matanzas.
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