El escritor presenta 'El libro de la realidad', su primera obra editada
en España
Estrella Digital.
Barcelona, diciembre 17, 2001.
El escritor cubano Arturo Arango asegura que la crisis económica de
los años 90 en su país provocó que "estallara en
positivo" la cultura en Cuba e hizo posible que crecieran los proyectos
literarios. Arango, que acaba de publicar El libro de la realidad, la primera
novela que edita en España (Tusquets), dice que no cree que exista "un
boom" de la literatura cubana, pero sí "un pequeño boom"
de escritores que se han apartado del "testimonialismo" de los años
60 y 70 y que cuenta la realidad "de otra manera".
En este grupo, Arango incluye a Leonardo Padura, creador de un detective
llamado Mario Conde "que está teniendo mucho éxito en Cuba",
y a Abilio Estévez "que ha escrito una obra bastísima, y además
de novelista es también uno de los grandes dramaturgos cubanos. Los tres
hemos estado juntos en muchos trabajos culturales".
También cita Arango a Pedro Juan Gutiérrez, "que viene de
otra tradición, el periodismo, pero que ha encontrado un mundo muy propio
y muy interesante en La Habana vieja de los noventa". Para Arango, la
narrativa cubana actual tiene "una diversidad que la enriquece mucho y
tiene una vitalidad que el lector agradece y una necesidad de renovarse. Además,
las dificultades para publicar en Cuba hacen que sea una literatura que se
trabaje con calma, que se cocine mucho".
Arango define El libro de la realidad como "una novela sobre la fe y
sobre los excesos de la fe de una generación que se formó y modeló
su vida en función de ese credo, sacrificando muchas veces sus intereses
más personales y más íntimos". La novela narra la
formación de unos jóvenes de entre 16 y 18 años que en la
Cuba de los años 60 se prepararon para ser guerrilleros, un episodio
oscuro de la historia cubana y que nunca se llevó a cabo. "La
preparación de los jóvenes -añadió Arango- se cortó
de raíz cuando murió el Che Guevara en Bolivia y esos jóvenes
encauzaron sus vidas hacia otros destinos".
El escritor se entrevistó con algunos de esos jóvenes cuando
habían cumplido los 50 años. "Algunos no quisieron recordar
nada, otros lo veían como una etapa romántica de sus vidas, e
incluso hubo una mujer que lo recordó con mucha pasión".
De todos modos, Arango asegura que no ha querido hacer una novela "testimonio"
de esa experiencia de los que pudieron haber sido "los hijos del Che"
y que deliberadamente "he querido escapar de un retrato preciso de esa época
para meterme en la esencia de los personajes, en sus vivencias, en sus emociones
y en sus sentimientos".
"La literatura como testimonio -ahonda Arango- no me interesa. Ese tipo
de literatura se hizo en Cuba en los 60 y en los 70, se hizo mucha obra realista
que se agotó en sí misma, por eso borré el contexto de El
libro de la realidad para superar esa vocación de testimonio".
Del cine a la literatura
La novela nació como un guión cinematográfico que se le
pidió a Arango y que nunca se llevó a las pantallas, pero después
"me di cuenta de que allí había una novela y lo más
difícil fue encontrar la voz literaria que contará la historia".
No obstante, la novela conserva aún trazas de ese guión
original con un epílogo en el que se da fe del destino de los personajes
como se hace en muchas películas que dicen estar basadas en hechos
reales. "La novela -dice Arango- crea un juego entre la realidad y la ficción
y al final, en el epílogo, se vuelve a la realidad y me pareció
interesante como habían evolucionado los jóvenes. Algunos de ellos
viven en Cuba y otros no". |