Adolfo Rivero Caro. Publicado el viernes, 14 de diciembre
de 2001 en El
Nuevo Herald.
Ha llegado a mis manos una entrevista con Fidel Castro totalmente apócrifa
aunque perfectamente posible, en ocasión de la última celebración
del Día Internacional de los Derechos Humanos. Quizás fuera de Lucía
Newman, la inefable corresponsal de CNN en La Habana.
--Comandante, ¿es cierto que usted celebró el Día de los
Derechos Humanos?
--Bueno, mira, la verdad es que después del 11 de septiembre las
condiciones han cambiado mucho. Así que lo hemos celebrado y por todo lo
alto. En realidad, lo venimos haciendo desde mucho antes que Bofill y ese
supuesto Comité Cubano pro Derechos Humanos. Siempre lo hemos celebrado.
Lo que pasa es que El Nuevo Herald lo ha ocultado, todo el mundo lo ha ocultado.
Sin embargo, yo te puedo enseñar copias de Granma del 10 de diciembre de
los últimos 40 años. Verás que el acto siempre aparece reseñado,
y en primera plana. Es más, hay hasta fotos mías en el Palacio de
la Revolución brindando por los derechos humanos con Mahatma Gandhi,
Martin Luther King, Carlos Manuel de Céspedes y la madre Teresa de
Calcuta. Pero lo han ocultado, chica, lo han ocultado. Maniobras del
imperialismo yanqui.
--Increíble, comandante. Por cierto, ¿usted mandó a
detener a un grupo de disidentes cubanos porque querían celebrar el Día
de los Derechos Humanos?
--Nada de eso, niña, calumnias. Esos cuatro gatos a que tú te
refieres fueron detenidos porque agredieron a varias decenas de nuestros
abnegados combatientes del Ministerio del Interior. Les dieron en los nudillos
con los pómulos, las narices y las mandíbulas. Les rompieron
varios palos y cachiporras con las cabezas, con las espaldas. Palos y
cachiporras que, como tú sabes, son productos de primera necesidad para
nuestro pueblo. Imagínate, con la escasez de recursos que nos impone el
embargo. ¿Qué iban a hacer nuestros compañeros? Detenerlos,
no les quedó más remedio, para que no perturbaran la celebración
de ese día tan hermoso, tan importante.
--Comandante, ¿por qué no se ha puesto en libertad a Vladimiro
Roca, que lleva más de 4 años incomunicado?
--No me digas nada. Es un malagradecido. Ha hecho lo mismo que muchos hijos
de viejos dirigentes bolcheviques, que se convirtieron en disidentes. Y mira en
lo que fue a parar todo eso: se acabó la Unión Soviética. Tú
comprenderás que a mí no me van a hacer lo mismo. Déjame
decirte que muchos compañeros lo querían fusilar. Yo fui el único
que lo defendió. Les expliqué que era un resentido y que bastaba
con dejarlo pudrir en la cárcel. Después, tú sabes, los
compañeros me criticaron. Duro. Que la bondad me cegaba, que era
demasiado humanitario, excesivamente generoso. Pero bueno, los tengo que dejar,
ésa es la democracia socialista.
--Por cierto, ¿participaron sus amigos del Foro de Sao Paulo en la
celebración del Día de los Derechos Humanos?
--Por supuesto. Aunque algunos ya se habían tenido que ir por
cuestiones de trabajo. Tú sabes, secuestros, ajusticiamientos, voladuras
de oleoductos, esas cosas. Hay que comprenderlo. La gente tiene sus compromisos.
Marulanda no pudo venir pero me mandó un mensaje. Yo, personalmente,
lo he propuesto para premio Nobel de la paz por sus incansables esfuerzos por
pacificar Colombia. Por cierto, sentimos mucho que no viniera Andrés
Pastrana, ese gran incomprendido. Su única debilidad ha sido ceder a los
chantajes de la extrema derecha que no quiere que amplíe en otros 40,000
kms. cuadrados la zona desmilitarizada, esa zona de paz. Pero todavía hay
esperanzas. Todavía podemos conversar. Siempre se puede confiar en
Pastrana.
--El presidente Chávez no pudo asistir.
--Sí, yo recibí una nota suya. Muy sencilla, muy emotiva. Sabía
que no iba a poder venir porque en ese momento estaba bajo el ataque de la
oligarquía venezolana. Tú sabes, los empresarios, los sindicatos,
los campesinos, la prensa y otros aliados del imperialismo. Nos vimos después
en la reunión del Caribe. Le dije que tenía un problema muy serio:
es demasiado flexible, demasiado conciliador. Dejando que la FEDECAMARAS esa, el
Pedro Carmona ese, y la CTV le hagan huelguitas... No comprende que la piedad
con el pueblo pasa por el fusilamiento de sus enemigos. ¿Qué otra
cosa es el humanismo socialista?
--Pero Lula sí vino.
--Sí. Lástima que se quedó tan poquito tiempo. Estaba
muy apurado por ver al presidente Toledo en Lima... Eso me dijo... La verdad es
que no se sentía bien. Figúrate. Venir al foro después del
11 de septiembre... y en La Habana..., tú comprendes, estaba nerviosito.
Tenía problemas estomacales. Pero yo se lo agradecí mucho, porque,
después de todo, para un hombre que se está postulando para la
presidencia de Brasil fue un gesto valiente. Breve pero valiente.
--Daniel Ortega vino.
--Danielito, sí. El pobre. Nosotros lo queríamos ingresar. Me
dijo que se iba a volver a postular. Y yo le dije: Danielito, opérate.
Aquí tenemos magníficos médicos, excelentes especialistas.
Y yo quería que lo operaran de la cabeza, que le sacaran esa excrecencia
que tiene en el cerebro. Pero no quiso. Danielito, el pobre, no me hace caso.
Por eso está como está.
--¿Vino gente de los movimientos islámicos?
--Si te refieres a Osama bin Laden, yo no lo invité. No lo conozco.
Es un terrorista y nosotros no tenemos nada que ver con terroristas. ¿A quién
se le ocurre acabar con medio Nueva York? Nos ha puesto a todos en una posición
difícil. ¡Y quería venir para aquí! Yo le mandé
a decir: "¿Osama, tú estás loco? Cambia de cueva, viejo,
cambia de cueva''.
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