Vicios de
irracionalidad presiden la economía cubana
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Dice mucho de la anarquía de
la economía cubana, sujeta a rígidos controles y descontroles del
gobierno de Fidel Castro, que al cabo de casi cuarenta y tres años de
poder absoluto aparezca al fin una consultoría de avalúos.
CONAVANA S.A. ha sido creada para responder a la inminente necesidad del
empresariado estatal para conocer el valor justo y actualizado de las
instalaciones, equipos, bienes muebles e inmuebles, según palabras de sus
directivos.
Es lamentable para el país que por cuatro décadas no haya
existido una valuación científica de los activos económicos,
que se hayan descuidado riquezas y potencialidades cuyos valores no están
únicamente en el estado técnico de los equipos, sino también
en su ubicación geográfica, vías de acceso, de transportación
de producciones, y de preservación ecológica del entorno, muchas pérdidas
irrecuperables que penosamente han hecho gravitar sobre los esquilmados
trabajadores cubanos, en primer término, y también sobre toda la
nación.
Contabilidad que no representa el estado real, maquinarias y otros medios
depreciados, inutilizados, perdidos o traspasados continúan pagando sus
porcentajes de amortización porque siguen apareciendo en los libros y
partidas financieras, cuando en realidad dejaron de producir beneficios,
convirtiéndose en carga pesada para las arcas del país, por el
consiguiente disloque de los supuestos costos.
Verdaderos vicios de irracionalidad presiden la economía cubana. Se
cubren gastos de ineficiencia. Predomina la improvisación y el
automatismo. Se subvalora o sobrevalora inversiones. Se continúa pagando
amortizaciones por algo que fue, y en cuyo lugar sólo queda tierra rasa.
Ni siquiera se controla minuciosamente el descontrol financiero.
No puede haber cuentas claras, porque nada anda claro donde todo está
deliberadamente inflado de manera que siempre se dan cifras triunfalistas y pronósticos
en los que nadie cree.
La desvergüenza financiera comenzó exactamente en 1959 cuando al
peor de los economistas se le ocurrió desaparecer el Ministerio de
Hacienda. Más adelante, en 1960, trataron de liquidar como por arte de
magia el uso del dinero y hasta se hizo una especie de prueba de laboratorio en
la comunidad rural de San Andrés de Caiguanabo, ubicada en la provincia
Pinar del Río.
Estos y otros costosísimos experimentos sociales causaron pérdidas
económicas y morales que ningún avalúo del mundo podría
revelar en toda su magnitud.
Este es el modelo que la jerarquía gobernante en Cuba quiere
ofrecerle a la comunidad de países, particularmente a los llamados
subdesarrollados. ¡Dios los ampare de semejantes vicios de irracionalidad!
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