Crisis de
valores en el sistema de salud cubano
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - Resulta de tal magnitud la crisis
de valores morales en el sistema de salud cubano que no basta con que los
noveles galenos juren los principios de Hipócrates, sino que el régimen
de Fidel Castro ha tenido que añadir un reglamento ético médico
para adecuar la relación especialista-paciente, que presenta tantas
fricciones en la actualidad.
El papel del médico es curar, pero no debe olvidar que tiene que
interpretar a su paciente, aliviarlo en su sufrimiento, para lo cual tiene que
concatenar no sólo los conocimientos científicos sino buen trato,
psicología y profesionalidad.
Existen transgresiones de la ética médica. En este punto
coinciden médicos, enfermeros y demás técnicos de la salud,
así como los enfermos. Son tantas y tan frecuentes que en los programas
de estudio de Medicina, Estomatología y Enfermería aparece la
Etica Médica como asignatura del currículum.
Frecuentemente los pacientes llegan a la consulta y en vez de ser aliviados
salen peor, ansiosos, porque el especialista no les receta el medicamento exacto
que requiere el mal, sino el que halla disponible en la farmacia en ese momento;
o peor aún, cuando le dicen: "Busque a ver dónde lo encuentra".
En cualquier caso, al enfermo se le crea un sentimiento de frustración
que se justifica siempre con la afirmación de que "no hay medicinas
por culpa del embargo estadounidense", como si Estados Unidos fuera el único
país del mundo en producir productos farmacéuticos.
Por su parte, los médicos se quejan de que los tienen atenazados
entre la Empresa de Medicamentos y las disposiciones de las direcciones
municipales y provinciales del Ministerio de Salud Pública. También
expresan que no hay privacidad ni tranquilidad en los consultorios, así
como contradicciones personales o laborales entre los trabajadores del ramo y
comentarios desfavorables en presencia de los pacientes.
Otra queja de los galenos es que se ven imposibilitados de indicar pruebas
de laboratorio clínico, bacteriológico, u otros, porque tal equipo
-de procedencia japonesa o europea- está roto, o porque no hay reactivos
para ciertas pruebas, razón por la que no pueden hacer diagnósticos
certeros.
No basta con oír con atención e interés lo que nos
cuenta un paciente para lograr el alivio de sus síntomas, como se explica
en los Principios de Etica Médica, y Etica y Deontología Médica.
Se necesitan condiciones adecuadas de labor, buen salario y descargar del lomo
de los profesionales tanta carga innecesaria, tanta consigna panfletaria, y
ayudarlos también a resolver sus propios problemas, porque médicos,
estomatólogos, enfermeros y técnicos medios de la salud son también
parte del maltratado pueblo cubano.
Hay que hacer la necesaria reflexión. Hay que solucionar problemas de
hecho, no en códigos o manuales.
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